No existe una fórmula segura para el éxito, sí muchas para el fracaso. Lo que sí hay es gente que está iluminada por una buena estrella, y que en la gran mayoría de proyectos que lanza, logra un resultado en mayor o menor medida a su favor.
Dentro de ellos tenemos al guionista y director inglés Richard Curtis. Desde sus tempranos trabajos como guionista de televisión (en series como Blackadder y, por supuesto, Mr. Bean, ambas con el gran Rowan Atkinson de protagonista) fue reconocido como uno de los grandes exponentes del humor británico, estilo que luego traspasó con gran éxito en el cine, dentro y fuera de las islas.
De su puño y letra son películas notables como Cuatro Bodas y Un Funeral, Notting Hill, las dos primeras películas de Bridget Jones, las dos adaptaciones cinematográficas de Mr.Bean, Warhorse (dirigida por Steven Spielberg), y recientemente, es de su autoría el guión de la secuela de Mamma Mia!, aunque también ha hecho de las suyas como director en filmes como la siempre memorable Love,Actually, la entrañable About Time, y la cinta que nos convoca en esta oportunidad: The Boat That Rocked (Pirate Radio, como se tituló en EEUU).
Si, en su momento ya reseñamos esta película, pero hace poco me puse a pensar en grandes películas con el rock de protagonista. Empecé a enumerar, y me acordé de ella, me di cuenta que no podía continuar con ese proyecto de revisión si hace rato que no la veía, así que la volví a ver…y bueno, aquí estamos.
Amparado en un tremendo casting, y con una banda sonora que es una de las mejores que he escuchado, la historia transcurre en 1966. Son los primeros años del rock, ese nuevo estilo de música y de vida que lleva circulando desde hace unos cuantos años, pero que aún lucha por validarse socialmente. De hecho, la BBC y la radiofonía inglesa no destina a este género más de un par de horas diarias de programación.
Ello ha provocado la proliferación de radios piratas, y su consiguiente persecución por el gobierno inglés, encarnado en sir Alistair Dormandy (Kenneth Branagh), el estricto ministro de comunicaciones. Sin embargo, aún no ha podido detener a Radio Rock, radioemisora que transmite las 24 horas desde un barco anclado en el Mar del Norte, en aguas internacionales.
Cierto día, luego de ser expulsado del colegio, Carl (Tom Sturridge) es enviado por su madre (Emma Thompson) al barco, y es recibido por Quentin (Billy Nighy) su padrino y administrador de Radio Rock, para que conozca a su padre, que trabaja en la emisora, y aprenda a sobrevivir por sí mismo. A bordo de la nave, Tom pronto será uno más dentro del grupo de excéntricos personajes, encabezado por el discjockey conocido como The Count (Philip Seymour Hoffmann), su principal rival recién retornado de Estados Unidos, Gavin Kavanagh (Rhys Ifans), entre otros insólitos locutores, sonidistas y navegantes.
Las historias de Richard Curtis son abundantes en la buena voluntad que se respira en ellas, debida especialmente a la amabilidad de sus personajes, a la buena fe y al optimismo con que suelen enfrentar la vida. No, no estamos ante personajes perfectos dotados de la gracia divina para que todo les salga bien, ni historias sin villanos. Es simplemente una cuestión de mirar con la frente en alto. The Boat…, que tampoco es una película perfecta-aunque le da lo mismo serlo o no- como buena realización de Curtis, es pródiga en ese sentido.
Uno podría pensar de entrada que el hecho de ser enviado Carl al barco de Radio Rock es un castigo por sus descalabros académicos. Pero conforme va avanzando el largometraje, es en realidad la constatación de que el muchacho no nació para la vida académica. Y como de todos modos tiene que aprender a ser alguien valioso en la vida, este barco parece ser el lugar perfecto.
Uno también podría pensar que, si hacemos caso al estereotipo del rockero, este barco estará repleto de vagos, haraganes, drogados y en permanente estado de inconsciencia, de resaca. Sí, cuando no están transmitiendo, los tripulantes de este barco se dedican a hacer locuras y a divertirse, pero también guardan un poco de sensatez para preocuparse de las labores diarias, de la mantención del barco y de su propia sobrevivencia. Han logrado armar una pequeña sociedad donde, más allá de alguna que otra rivalidad o competencia, no son suficientes para romper la armonía que ha logrado que esta pandilla sobreviva pese a las inclemencias del clima…o del político a cargo de turno.
Sé que puede parecerles rara esta analogía, pero una flor, una planta, un árbol, crece donde se den las mejores condiciones para su desarrollo. En el caso de Carl, es este barco, donde es recibido como un viejo amigo, aunque apenas sea conocido por uno de sus integrantes.
Representados por un vasto y respetable elenco, ellos son los responsables de generar un sentimiento de armonía, camaradería, solidaridad, nacida a partir de una vocación común (el rock) que termina siendo la excusa que los mantiene unidos y que, a la postre, los terminará convirtiendo en héroes (porque no sólo hay héroes en los campos de batallas, ¿sabían?).
Sentimientos que no se ven por el lado del antagonista: Kenneth Branagh encarna a un personaje detestable por donde se le mire, que ve en esta cruzada contra las radios piratas más que un mero encargo propio de sus funciones de estado una obsesión, que cumplirá no importa las vidas o las dignidades que deba pasar a llevar en medio.
Sazonada con una excelente banda sonora, abundante en rock inglés y estadounidense de los primeros años (y usada de manera brillante y emotiva por Curtis en los momentos precisos) esta es una película que no necesita ser perfecta para que nos guste. No lo necesita para contagiarnos esa buena vibra que exhala en cantidades industriales.
***1/2
THE BOAT THAT ROCKED /PIRATE RADIO
Director: Richard Curtis
Intérpretes: Tom Sturridge; Kenneth Branagh; Philip Seymour Hoffman; Rhys Ifans; Nick Frost; Emma Thompson; Katherine Parkinson; Talulah Riley; Gemma Aterton; January Jones
Comedia
2009
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