LO QUE LA PANTALLA HA UNIDO

Llegando a su casa de madrugada, el respetado cineasta italiano Salvatore Di Vitta (Jacques Perrin), se entera de que su madre ha intentado encontrarlo todo el día, para contarle que Alfredo ha muerto. La noticia deja inquieto a Salvatore, quien pasará la noche en vela pensando…

Pensando en el pequeño pueblo pesquero de Giancaldo, en los primeros años tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, en el que un niño, Totó (Salvatore Cascio), pasa los días metido en la sala de proyección  de Cinema Paradiso, el cine del pueblo, para agotar la paciencia de Alfredo (Philippe Noiret), el viejo operador de la proyectora, con el que a la larga terminará desarrollando una estrecha relación…

Así como hay gente que hace pasar por amor por el cine su fobia a la vida, también hay ocasiones en que, a la inversa, el amor por el cine y el amor por la vida son perfectamente compatibles. Cinema Paradiso, ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera 1988, y que desde entonces ha producido toda clase de opiniones encontradas entre críticos*, es no sólo prueba de lo anterior, sino también factor de unión entre las personas.

A nivel, por decirlo de alguna forma, macro, Paradiso es el punto de encuentro para la comunidad de Giancaldo, un pueblo como muchos que hay en el mundo, donde no muy a menudo pasan cosas emocionantes, y donde todos sus habitantes, de un modo u otro, se terminan conociendo. La humilde sala del Paradiso, que se llueve en invierno y es un horno en verano, donde el gran evento social es la exhibición, aunque sea por un par de días, de la película de moda, es el centro social donde confluyen ricos y pobres, viejos y jóvenes, derechistas e izquierdistas (bueno, no es el único, también está la Misa semanal, pero en el templo hay cosas que no se pueden hacer ni decir).

Pero también lo es a nivel micro: gente que se conoce dentro de la sala, parejas y familias que se forman frente a ella. Y especialmente en el caso de Totó, que encuentra en el cine la felicidad que no encuentra en otro lado, y en Alfredo, el proyeccionista, el modelo que no tiene en su casa (su padre nunca volvió del frente). Y aunque en el principio la relación es tirante –Alfredo no aguanta tener al niño dando vueltas a su alrededor todo el día-, el anciano ve en Totó al hijo que tampoco tuvo, y con los años la relación se irá fortaleciéndose más allá del oficio que los une.

Así, mientras tenemos una comedia sobre la vida en comunidad, tenemos un relato topo coming-of-age, de un niño que se convierte en hombre, sus triunfos y derrotas, satisfacciones y vacíos, y los momentos felices y amargos que atraviesa a lo largo de su vida.

Sobre tener la perspectiva para encontrar tu lugar en el mundo y lo que te hace más feliz de estar en él. Y por ese camino, es Aflredo quien le dice a Totó las verdades que quizás no quiere, pero tiene que oír para dar con esa perspectiva.

Para dar con la perspectiva, Totó, o Salvatore, quien en la vida cosechará éxito, reconocimiento, pero no necesariamente la felicidad, y cerrar ciertos círculos, necesitará años. Menos necesité yo, en todo caso, para entender y apreciar esta historia en la manera exacta.

Todo ello sazonado con las vivencias propias de este pequeño pueblo, y las diversas situaciones que se dan en el marco de la función de cine: el tipo que se queda dormido, el que se sabe la película porque ya la ha visto y no puede aguantar contarla, ese espectador de platea alta que le gusta escupir al resto, la pareja intimando en plena función, los niños viendo a Brigitte Bardot para…bueno, si vieron la película lo saben. Y haciendo alusión a los cambios que la sociedad ha experimentado con los años, dentro y fuera de la sala.

La gloriosa partitura de Ennio Morricone hace la experiencia aún más grandiosa.

Las observaciones que con más frecuencia se hacen de Cinema Paradiso se relacionan con el uso (o abuso) del material de archivo (consistente en clásicos del cine italiano y filmes de la primera gran época de la industria hollywoodense) que hace Giuseppe Tornatore, para contar un melodrama basado en recuerdos, anhelos y frustraciones de su realizador (curioso, en cierta forma Tarantino y, especialmente, Almodóvar hacen en cierta forma lo mismo y a ellos se les celebra). Tal vez así sea, pero no veo que puede haber de malo en ello.

Por el contrario, yo lo veo como un homenaje/agradecimiento del autor a aquellas obras que lo acompañaron a lo largo de su vida, que estuvieron ahí en sus momentos de felicidad, que lo ayudaron a pasar los instantes de amargura. Que hicieron de su autor lo que es, y que hicieron más llevadera su existencia ¿No nos hicimos cinéfilos por eso?

Ojo, hay una versión extendida, que no he visto aún, pero los que sí lo han hecho recomiendan quedarse con la versión de cine, sobre todo la versión 4K lanzada hace pocos meses.

CINEMA PARADISO

Director: Giuseppe Tornatore

Intérpretes: Salvatore Cascio; Philippe Noiret; Jacques Perrin; Marco Leonardi; Agnese Nano; Antonella Attili; Enzo Cannavale

Drama

1988

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el asunto con Thor

Dos años han pasado desde que se estrenó Avengers: Endgame. Claro, quizás para el gran orden del cosmos dos años no es la gran cosa, pero en el contexto actual, se siente como una eternidad.
Éramos tan felices y no lo sabíamos.
El tema es que hay un asunto que ha salido en más de una oportunidad recientemente, y con mayor razón si nos situamos en la contingencia vigente desde 2020: la situación de Thor en Endgame.

Porque todos quedamos pa’dentro con la imagen de Thor tras el salto temporal que tiene lugar luego del chasquido de Thanos: obeso, descuidado, sucio, alcohólico, adicto a la comida chatarra, flojo y amargado.
A muchos nos pareció un chiste. Para algunos fue un insulto gratuito a las personas que sufren de sobrepeso, bla bla bla.
Pero creo que no estamos viendo con la suficiente atención y profundida.
Pongámonos en la situación: estamos en la secuencia final de Infinity War. Después de quitarse de encima a todos y cada uno de los Avengers, Thanos finalmente consigue las Gemas del Infinito, pero antes que las pueda usar, en un intento desesperado, Thor entierra en su pecho, el hacha conocida como Stormbreaker. Sin embargo, Thanos tiene los segundos precisos para burlarse del dios asgardiano, y usar las gemas del infinito, eliminando a la mitad de la población del universo, ante un Thor que mira desconcertado el haber dado la oportunidad al titán para salirse con la suya.
Ya en Endgame, la primera aparición de Thor es en un rincón del cuartel Avenger, con la vista perdida, inexpresiva, dura. Sus compañeros saben a qué se debe eso…”sabe que pudo haber vencido a Thanos”. Y si bien al poco tiempo consigue decapitar al titán loco, ello no es suficiente para conformarlo.


Cinco años después, nos encontramos con Thor en el estado que describimos antes, consecuencia del estado depresivo que ha estado atravesando desde la batalla de Wakanda. A la frustración de no haber vencido a Thanos, súmese la culpa que el dios de Asgard debe enfrentar: su actitud, su soberbia, el sentirse ganador antes de tiempo, le costó la vida a medio universo. Eso desmorona a cualquiera. Incluso a un dios.
Mortal o dios, lo de Thor es manifestación clara de lo devastado que quedó, y no ha sido capaz de sobreponerse, intentando superar ese vacío a través de la botella, el exceso y el descuido.
No soy psicólogo, no es mi campo, y puede que me esté mandando un carril, pero el camino que tomó Thor luego de la crisis, es una de las tantas maneras en que se manifiesta y se enfrenta una depresión.
Todos los demás Avengers, sin desconocer la trascendencia de lo sucedido con Thanos, aprendió a salir adelante, Tony Stark formó una familia, Capitán América se dedicó a los grupos de ayuda, Black Widow asumió el liderazgo del grupo, y Hulk aprendió a equilibrar su lado humano con su lado monstruo. Thor se fue para adentro.
Cierto, ninguno de los otros vengadores siente el peso que el hijo de Odín tuvo que echarse encima. Ninguno tuvo que pasar por aquello que a Thor atormenta.
Thor sólo encuentra un poco de paz cuando viaja al Asgard de 2013 y se reencuentra con su madre, cuando aún vivía. Ese providencial encuentro le ayuda a sacar mucho de su dolor, a procesarlo y empezar a perdonarse.
Casos como el de Thor se ven mucho en la vida real: personas con mucha pena, culpa, dolor que cargar. Sobre todo en estos meses de encierro que han puesto en juego la estabilidad mental de gran parte de la gente. Y si bien está la ayuda profesional, los que no tenemos esos conocimientos tenemos una manera de ayudar.
No hablando, no decir nada, no salir con los clásicos “sonríe, el sol sale para todos, mañana es otro día, sal a caminar o a andar en bicicleta”. Sino simplemente escuchando. Simplemente diciendo “ven, cuéntame lo que te pasa”. Sin presionar. Eso es mayor ayuda que cualquier consejo de ver lo lindo de la vida.
Así que, seamos más empáticos. Está bien el chiste, está bien la referencia, pero no nos quedemos en eso.


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OSCAR 2021: LOS GANADORES

No se esperaba una jornada de grandes sorpresas, y así fue. En una ceremonia de formato más compacto, y con orden totalmente cambiado, como han sido todas las premiaciones en pandemia, Nomadland ratificó la ventaja enorme que tenía, llevándose tres premios de las categorías principales.

Soul siguió la tradición en materia animada, en desmedro de la impecable Wolfwalkers, y aunque sacó más premios que en años anteriores, Netflix sigue siendo la piedra en el zapato de la Academia, ya que la gran perdedora de este año, El Juicio de los 7 de Chicago…es de Netflix.

Y aunque contaba con el apoyo de público y crítica, El Agente Topo no pudo con el lobby de The Octopuss Teacher (y que Piñera-es-yeta haya tenido la brillante idea de dar un discurso a la misma hora, tuvo que ver).

Con todo, lo comido, lo bailado y disfrutado no nos lo quita nadie.
El gran golpe, quizás, fue el triunfo, merecido por cierto, de Anthony Hopkins por El Padre, cuando todos dábamos por hecho que Chadwick Boseman repetía la gracia de Heath Ledger, ganando un premio póstumo (con la salvedad que en el caso de Ledger, su actuación es el punto más fuerte de su película y trascendió más allá de su filme, convirtiéndose en un icono cultural a nivel universal…cosa que Boseman no hizo con Ma Rainey). Primo la razón antes que la emoción, y eso igual es una buena señal.


Vamos con el detalle:


Mejor Película: Nomadland
Mejor Director: Chloe Zhao, Nomadland.
Mejor Actor: Anthony Hopkins, El Padre
Mejor Actriz: Frances McDormand, Nomadland (era para Carey Mullingan, pero con el huracán que era Nomadlan…)
Mejor Actriz de reparto: Yu Jung Yuhn, Minari
Mejor Actor de reparto: Daniel Kaluuya, Judas and the Black Messiah (tenía que ser si o sí)

Mejor Guión Original: Promising Young Woman
Mejor Guión Adaptado: El Padre
Mejor Película Animada: Soul
Mejor Película Extranjera: Another Round, Thomas Winterber, Dinamarca
Mejor Documental: The Octopuss Teacher (agradece que los productos del mar me dan alergia, pulpo y la c..)
Mejor Vestuario: Ma Rainey’s Black Bottom
Mejor Maquillaje y Peinado: Ma Rainey’s Black Bottom
Mejor Fotografía: Mank
Mejor Diseño de Producción: Mank


Mejor Edición: Sound Of Metal
Mejor Sonido: Sound Of Metal
Mejores Efectos Visuales: Tenet
Mejor Partitura Original: Soul, Trent Reznor, Atticus Ross, Jean Baptiste
Mejor Canción: Fight For You, Judas and the Black Messiah
Mejor corto documental: Colett
Mejor corto animado: If Anything Happens, I Love You
Mejor cortometraje: Two Distance Strangers.


Y así fue el primer Oscar entregado en tiempos sin estrenos en salas, el primero donde la Academia tuvo que tragarse el orgullo y el sermón de que “el cine sólo es el que se ve en los cines, no en la casa”. Será pues, veremos si la situación cambia o se mantiene durante el año para saber si este tipo de premiaciones será permanente o fueron una cuestión del momento.


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aun no sé que decir

Corren los primeros años de la década del 2000. Mucho antes de Ironman, de la fórmula, del MCU, de todo lo que conocemos hoy, y tuvimos un auge de películas basadas en personajes de Marvel (consecuencia de la venta de derechos cinematográficos que la editorial tuvo que hacer la década anterior, para evitar su quiebra). Fue así como tuvimos cosas como las sagas de Blade, X Men, la primera Spiderman de Sam Raimi, y otras que no funcionaron, como Daredevil o Elektra.

Entre medio, en 2003 hubo una a la que siempre me costó prestarle atención: Hulk, dirigida por Ang Lee. Durante los últimos 18 años cada vez que podía, la evitaba, cuando trataba de verla no enganchaba, en fin.

Mi caso no era el único. Estaba al tanto de los comentarios divididos y sentimientos encontrados que provoca. El cuento es que recién ahora, saqué valor para verla entera (está en Netflix). Y no puedo evitar sentir que fue un gran “Meh!”

Porque de esta película, basada en un personaje fundamental de Marvel, de la mano de un director de carrera impecable, no sé que decir. No sé si decirle buena, no sé si decirle mala. Su problema es que es tan irregular, que no podemos saber hacia qué lado de la balanza colocarla.

Película de origen, nos presenta a Bruce Banner (Eric Bana), destacado científico especializado en genética, sufre un accidente cuando queda expuesto a una explosión de rayos gamma. Increíblemente, sobrevive, pero con una terrible consecuencia: cada vez que su ánimo se sale de control, se convierte en una destructiva e imparable criatura salvaje de color verde.

Esto lo convierte en una amenaza para todos, por lo que el general “Thunderbolt” Ross (Sam Eliott), pese a las advertencias de su hija Betty (Jennifer Connelly), colega y ex novia de Bruce, inicia su persecución.

El problema aquí es que no puedo encontrarla mala, porque tiene cosas buenas: las escenas de acción, la animación del personaje es bastante decente incluso en una época en que esta tecnología aún estaba en pañales. Pero también tiene cosas malas, hartas: es lenta, acude a unos recursos gráficos que molestan, se va por las ramas en temas que no debería.

En suma, más que decir si es buena o mala, es una película densa. Demasiado. Y si, es cierto que el cómic de Incredible Hulk tiene una carga emocional potente, hablamos de un personaje que tiene que lidiar con dos personalidades, tratando de mantener a raya su monstruo interior. Lo que pasa acá es que Lee se involucra demasiado en este último aspecto, y hace que la película se trate casi exclusivamente de esto.

Es loable el interés de Ang Lee por contar una historia seria, pero se le va la mano (Christopher Nolan lo haría un par de años después con su versión de Batman, marcando muchos de los parámetros que se seguirían después), y su manera de desarrollar las cosas termina jugándole en contra, haciendo que uno pierda el interés en lo que está pasando en pantalla.

El desempeño de Eric Bana (un buen actor, en la película y en el papel equivocados) tampoco ayuda mucho, teniendo la misma expresión en casi toda la película,y haciendo unas muecas ridículas cuando se supone que viene cada transformación. Sobre Jennifer Connelly, Sam Eliott y Nick Nolte…que desperdicio.

Y un desperdicio con un personaje así de relevante como Hulk, que en solitario todavía no logra protagonizar un filme propio que valga la pena (pese a lo bien que funciona en grupo, gracias a Mark Ruffalo).

Creo que debí haber dejado pasar otros 18 años.

**

HULK

Director: Ang Lee

Intérpretes: Eric Bana; Jennifer Connelly; Sam Eliott; Nick Nolte; Josh Lucas

Superhéroes

2003

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más que nadie

Hutch Mansell (Bob Odenkirk), un tipo como usted o como yo, vive su diaria rutina junto a su esposa (Connie Nielsen), sus hijos, trabajando como capataz en la empresa familar, y visitando con frecuencia a su padre en una casa de retiro (Christopher Lloyd). Eso, hasta que un par de asaltantes inexpertos intentan robar en su casa, llevándose unas escasas pertenencias.

Siguiendo la pista de estos improvisados ladrones, termina en una pelea con un grupo de jóvenes acosando a una chica en un bus, reduciéndolos en poco tiempo. Uno de los involucrados es el hermano menor de Yulian  Kuznetsov (Aleksei Serebryakov) influyente miembro de la mafia rusa local, quien pronto toma represalias contra Mansell.

Tras poner a salvo a su familia, Mansell, alguna vez un asesino de elite de los servicios de inteligencia estadounidenses, decide que ya ha aguantado demasiado, y que es tiempo de poner las cosas en orden..

Harto miran a huevo el cine de acción. Si, hay mucho de este género que no son más que lluvias de balas y chorros de sangre gratuitos, pero también, de cuando en cuando, aparecen películas que se agradece que existan porque a todas esas balas y a toda esa sangre, les agregan corazón y sesos.

Es el caso de Nadie, filme que después de diversas prórrogas, todos sabemos por qué, finalmente se estrenó hace unas pocas semanas, y qué bueno que así haya sido, porque con poco (apenas pasa los 92 minutos de duración), le alcanza para ponerse entre lo mejor que se ha estrenado en esta primera parte del 2021.

Debí suponer que así sería cuando me entero que los guionistas de la saga de John Wick estaban detrás de este filme, quedando claro que su talento no es flor de un día.

Porque por mucho que se trate de historias sobre gente agarrándose a balazos con el prójimo, hay que saber darle estructura, ritmo, desarrollo, saber darle tiraje a la acción y a las emociones fuertes, saber cuándo hay que darse una pausa, y en qué momento pegar ese giro narrativo que te tiene al borde del asiento y, al segundo, hacer que te vayas de espalda. Es aquí donde el filme dirigido por Illya Naishuller, autor formado en el campo del videoclip (donde precisamente tienes que saber armar un relato en poco tiempo) sube sus bonos.

Nadie es un filme que necesita poco para sorprender gratamente. Y no hablo sólo del factor tiempo, locaciones o elenco. Estamos ante un filme que se basta a sí mismo con unas cuantas ideas bien ejecutadas, dando la información precisa, explicando lo necesario y sin irse por las ramas, como para que uno pueda sorprenderse con lo que ve y lo que está por ver. Esto hace que la hora y media que toma, no necesita más, se pase volando.

Sin dejar de mencionar, por supuesto, a un Bob Odenkirk que está simplemente genial en este personaje cuyas capas vamos conociendo a medida que avanzamos en la trama. No sólo él, también sus allegados más próximos, aprovechando de mandar un recado: Liam Neeson no es el único héroe de acción categoría Senior.

Podría reclamar que por qué todo el cine de acción no puede ser así, pero me respondo diciendo que menos mal, porque si no, no podríamos apreciar cosas como ésta, que hacen de la violencia un arte, como se merecen.

***1/2

NOBODY

Director: Illya Naishuller

Intérpretes: Bob Ondekirk; Christopher Lloyd; Connie Nielsen; Aleksei Serebryakov; RZA; Michael Ironside

Acción

2021

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jugando a ser otro

Viudo, alcohólico, lleno de deudas, dueño de un rancho que genera más molestias que bienestar. A estas alturas, lo más estimulante para Jim (Liam Neeson), condecorado infante de marina retirado y reconvertido en ganadero, es irse de cacería y denunciar a Migración a los inmigrantes que cruzan la frontera a través de su tierra.

Es en una de esas tardes que descubre a Miguel (Jacob Pérez), un niño mexicano que, junto a su madre, entran en su rancho huyendo de un peligroso cartel narco. En la huida, la madre del niño muere baleada, no sin antes pedir a Jim acercar al niño con sus familiares en Chicago.

Consciente que dejar al niño en manos de las autoridades para ser deportado sería dejárselo en bandeja a los narcos, Jim decide tomar una arriesgada decisión…


“Liam Neeson siendo Liam Neeson”, con eso debería bastar para explicar por dónde va El Protector, la más reciente incursión de Neeson, a estas alturas un subgénero en sí mismo, y lo más cerca de lo que lo hemos visto nunca del western (no, esa burrada que, durante una laguna mental, hizo hace unos años con el cada vez más odiable Seth McFarlane no cuenta).

Aunque en este caso, tampoco es tan así. Por el tipo de historia, su estructura narrativa, por la personalidad del protagonista, no dejo de pensar que este filme lo pudo haber protagonizado, perfectamente, Clint Eastwood de haber tenido 20 o 30 años menos.

O sea, hombre de edad madura, con unas cuantas cruces que cargar, enfrentado a una situación límite que pone en juego sus propias convicciones, y que por destruida que esté su vida aún es capaz de discernir lo que es correcto de lo que no…(¿Un Mundo Perfecto?¿Gran Torino?¿Aló?).

Esa aproximación no es tan casual como parece, pensando que este es el segundo filme como director de Robert Lorenz, habitual colaborador de Eastwood durante la década del ’00, y de hecho lo dirigió en su filme debut, Las Curvas de la Vida, en 2012.

Filmar con un actor cuando se tiene en mente a otro puede ser un riesgo, al afectar el ambiente y la relación entre director y elenco. Así las cosas, aquí es donde Neeson hace de las suyas y pone todo lo que está de su parte, apropiándose del rol, interpretándolo a su manera que ya le conocemos desde Taken (2008), dejando en claro que no tiene que envidiarle nada a nadie, ni tampoco nada que demostrar o rendir cuenta.

El desempeño de Neeson, dándonos este personaje que no tiene problemas en echar a correr balazos si es necesario, sin por eso volverse una bestia inmisericorde (pese a la brevedad de su vínculo, algo logra conectar con el niño del que circunstancialmente se hace cargo) de que se echa al hombro la película, es clave para subirle los bonos a un filme que podría terminar como menos que regular, a bueno. no hay que olvidar que es recién el segundo filme de Lorenz en casi una década, sin perjuicio de lo cual saca adelante la tarea.

Es lo poco que se pide de un filme, y que en la mayoría de casos, ese poco no alcanza a ser satisfecho, siendo este caso una providencial excepción.

***


THE MARKSMAN
Director: Robert Lorenz
Intérpretes: Liam Neeson; Jakob Pérez; Kahtyrn Winnick
Acción
2021
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un anticipo de lo que venía en camino..

Cada uno tiene su manera de mantener su cabeza en orden luego del año y poco más que llevamos en pandemia. En mi caso, como ha sido desde el día uno, revisitando esas películas que hacía mucho no repasaba, o que en su momento no las supe apreciar o no les presté la atención debida, o simplemente ver como ha cambiado la perspectiva respecto de ellas con los años.

Esta vez le tocó a Calles Peligrosas, la tercera película de Martin Scorsese como director, estrenada en 1973, y que ya marcaba la ruta que seguiría, temática y estéticamente el cine de uno de los directores favoritos de esta casa (por eso, no dejaba de provocarme cierta incomodidad y confusión  el tener tan postergada esta revisión).

Nuestra historia transcurre en los barrios más duros del Nueva York, en el año 1972. Charlie (Harvey Keitel), joven ítaloamericano de poco menos de 30 años, es un mafioso de poca monta que de a poco está avanzando dentro de su familia. Lo que complica su ascenso es su constante preocupación por su amigo Johnny Boy (Robert De Niro), otro mafioso imprudente, torpe e impulsivo a quien, durante gran parte del tiempo debe proteger y evitar que se meta en problemas.

Tercer filme de Scorsese, como decía (tanto en calidad de director como de guionista) y ya nos daba muestras de lo que vendría después. Principalmente, con el crimen organizado como tema principal, ese que veríamos retratado más adelante en Buenos Muchachos, Casino o El Irlandés. Segundo, la vida en los barrios más duros de Nueva York como analogía a la decadencia de sus protagonistas. No es casualidad que tres años después estrenara Taxi Driver, es posible que Travis, otro personaje en estado de descomposición, en algún momento trasladara a Charlie de un lugar a otro.

Pero también presenciamos otros elementos que serán frecuentes en el cine de Scorsese: reflexiones acerca del pecado, la culpa y la redención, heredada del fuerte catolicismo del autor (la primera frase de Charlie en la cinta y sus constantes visitas a la Iglesia dan cuenta de ello), así como sobre la paternidad, o más bien, en hacerse responsable por otro: lo que Charlie hace por Johnny Boy lo veremos más adelante en la relación entre Fast Eddie Nelson y Vincent, en El Color del Dinero, o entre Jimmy Conway y Henry Hill en Buenos Muchachos, o incluso entre Frank Costello y Colin Sullivan en Los Infiltrados.

Y claro, no pocas referencias a la vida diaria de los barrios duros de Nueva York en la que se formó.

Pero Mean Streets es más que un teaser de los temas que marcarían la filmografía de Scorsese con los años, también anticiparía el modo de filmar (fotografiar, editar, montar) y narrar de don Martin, haciendo de esta historia de bajos fondos con personajes destinados al fracaso, paradojalmente, un triunfo.

Quizás no sea una historia lineal, o le falte un orden o una estructura tradicional, pero eso no impide que podamos comprender lo que le está pasando a Charlie y Johnny Boy, ni que funcione, sacándole el mayor provecho posible a sus intérpretes, y a la ciudad en la que transcurre.

Si, Woody Allen ama Nueva York, pero sólo filma los barrios populares y bacanes. Scorsese hace que se vean atractivos incluso los turbios. Eso es más que amor.

Se ha dicho por ahí que este es un borrador de lo que haría después, sobre todo en aquellas críticas que tasan este filme de malo a regular, para justificar esta calificación y señalando que por esto no se le puede medir con la misma vara. Puede ser, pero si todos los directores hicieran borradores como éste , otro gallo cantaría en Hollywood y alrededores.

***3/4

MEAN STREETS

Director: Martin Scorsese

Intérpretes: Harvey Keitel: Robert De Niro; David Proval; Richard Romano; Amy Robinson

Suspenso/Policial

1973

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más vale borracho conocido..

Martin (Madds Mikkelsen), Peter (Lars Ranthe), Nikolaj (Magunos Millang) y Tommy (Thomas Bo Larsen) son cuatro profesores de in instituto en Copenhague, aburridos de su rutina familiar y laboral que, tras una borrachera, deciden hacer un experimento sobre cómo el consumo de alcohol puede influir en sus vidas.

Tras fijar una dosis mínima para empezar, de a poco se les ve más entusiasmados con sus trabajos y vidas personales, por lo que deciden paulatinamente subir la cantidad. Pero no pasará mucho tiempo antes que el trago haga de las suyas y estos docentes empiecen a sufrir las consecuencias de sus excesos…


Uno propone y las distribuidoras disponen, y por eso resulta tan difícil a acceder a películas de industrias fuera de la hollywoodense o de ciertos países de Europa. Por eso, todos los años, llegar al Oscar conociendo los filmes nominados en esta categoría de películas extranjeras, resulta una epopeya.


Pero algo se hace, sobre todo cuando el filme viene con cierto recorrido a nivel de festivales, y por eso es que uno puede acceder a cintas notables como Druk (Another Round), filme del danés Thomas Vinterberg, el cual tuvo pasadas por los últimos festivales de Toronto y San Sebastián y, por mucho que este festival se haya suspendido por la pandemia, decir “Selección Oficial Cannes 2020” siempre ayuda.


No hay que dejarse convencer. Si uno lee por encima la sinopsis de esta cinta, basada en una obra de teatro del propio Vinterberg, podría pensarse que estamos ante una apología al consumo del alcohol. Pero es todo lo contrario, estamos ante una historia sobre las desastrosas consecuencias del licor en la vida de sus consumidores. Lo bueno de esta historia es que te muestra eso sin caer en la moralina o el sermón, factores que matan hasta las mejores intenciones.


Vinterberg opta por contarnos esta historia de irse por el abismo apelando al humor negro, a la ironía, incluso a la tragedia, para pegarnos como no lo haría el más impactante de los teledramas desesperados por dejar moralejas.


Esto no es ni una defensa corporativa al consumo de alcohol, ni un capítulo de La Rosa de Guadalupe que nos busca dar una lección luego de una desgracia. Nada de ninguna de las dos cosas, y es por eso que funciona tan bien, por cuanto tenemos un relato bastante equilibrado entre lo cómico y lo trágico, respecto de esta inusual manera de estudiar la crisis de la edad mediana.

Gracias a eso tenemos a un puñado de personajes a los que, más que querer darles un reproche o tenerles lástima, los sentimos cercanos, sentimos que lo que están viviendo lo podríamos vivir nosotros mismos, que cualquiera de ellos podría ser cualquiera de nuestro entorno, por lo que mal podríamos tener la altura moral para decirles lo mal que lo están haciendo.

Estos profesores lo estarán haciendo mal, pero Vinterberg lo hizo bastante bien, y espero que la Academia sea capaz de reconocerlo.

DRUK
Director: Thomas Vinterberg
Intérpretes: Madds Mikkelsen; Lars Ranthe; Magunos Millang; Thomas Bo Larsen; Maria Bonnevie
Comedia dramática
2020


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los malos que valen

Wandavision, Falcon and Winter Soldier y la confirmación de fecha de estreno de Black Widow son señales de que, pese al año sabático que fue 2020, el MCU vuelve recargado, este 2021, y con el ya postergado arranque de su nueva era, tras Endgame y su suerte de epílogo que fue Spiderman Far From Home.


Esperemos que, en esta nueva etapa, Marvel corrija uno de los aspectos más flojos que ha tenido a lo largo de la primera: sus villanos. Porque, hay que ser sinceros, los chicos malos en las películas del MCU, que merezcan trascender más allá de su película de turno, son contados con los dedos de las manos.


Da lo mismo que haya intérpretes de jerarquía y calidad a cargo de estos roles (desde Jeff Bridges hasta Jake Gyllenhaal, pasando por Mickey Rourke, Cate Blanchett o Jude Law, etc), el trato a los malos del universo Marvel es, hasta ahora, bastante flojito.


Esto es un mal que aqueja también a la competencia (por mucho que DC tenga a Lex Luthor y a Joker como parte de su cánon, y sin desmerecer a Ares, Orm, Roman Sionis o Sivanna, sus villanos más power siguen siendo los que han estado fuera de ese marco, como los Joker de Ledger, Hammill y Phoenix. Únicamente General Zod en Man Of Steel ha dejado un impacto considerable), pero aún así, contamos en Marvel con un puñado de enemigos que sí ha dejado una huella en el espectador o fan.

Repasemos entonces los que, a mi juicio, son los cinco mejores villanos del MCU:

5 KILLMONGER (Michael B. Jordan, Black Panther, 2018)

O como pasas de la sed de justicia, a la venganza, a la ambición de poder. De niño N’Jadaka vio a su padre N’Jobu ser acusado de conspiración y traición contra T’Chaka, rey de Wakanda…¡y su propio hermano!, siendo ejecutado con posterioridad. Abandonado, N’Jadaka seguirá sus pasos como traficante de armas y mercenario, logrando el poder e influencias suficiente para volver a Wakanda y enfrentar al nuevo rey, T’Challa (Chadwick Boseman), comprometiendo la vida del monarca y la estabilidad política del reino.


4 AGATHA HARKNESS/AGNES (Kathryn Hahn, Wandavision, 2021)

En 1693, Agatha Harkness fue condenada a muerte por su aquelarre, en Salem, acusada de practicar magia negra. Sin embargo, su poder y conocimientos habían crecido a tal grado que pudo zafar de la condena, exterminando al resto del clan y absorbiendo sus poderes, manteniéndose en el anonimato.
Hasta que, pocos meses después de que los Avengers derrotaran a Thanos y regresaran a la humanidad a la normalidad, Agatha percibe un hechizo de una intensidad nunca antes vista. Lo rastrea, descubriendo el domo que Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen) ha levantado sobre la ciudad de Westview y recreando la ciudad a su voluntad. Agatha se inserta en este “mundo” bajo la identidad de Agnes, y conocer y entender, in situ, lo que está pasando.
Ni en el comic ni en la serie es la villana principal, pero sus acciones la ponen en el bando de los malos. En todo caso, y gracias a la actuación de Kathryn Hahn, se convirtió en el personaje más popular de la serie.


3 BARON ZEMO (Daniel Bruhl, Captain America Civil War, 2016; Falcon and the Winter Soldier, 2021).

Este noble sokoviano, conectado con la organización paramilitar Hydra, vio morir a su familia durante la batalla de los Avengers contra Ultrón. En venganza, aprovechando sus contactos, influencias y recursos para urdir un plan que incluía una serie de atentados atribuidos a Bucky Barnes, el Soldado de invierno (Sebastian Stan), entre ellos el magnicidio de T’Chaka, rey de Wakanda, y que concluyó con la separación de los Vengadores, mandando a la clandestinidad al Capitán América y otros cuantos, y mandando a arresto domiciliario de otros tantos como Hawkeye o Antman.
Luego de ser encarcelado, se le pregunta que siente haber diseñado este plan, para verlo fracasar, Zemo sonríe y responde “¿Por qué dices que perdí?” (sólo por eso, merece estar en esta lista).
Zemo pasa varios años encarcelado en una prisión de alta seguridad, en Berlín, hasta que Bucky Barnes solicita su ayuda para intentar encontrar a quien esté desarrollando el suero del supersoldado actualmente, permitiendo a Zemo escapar de prisión. Es lo que está pasando actualmente en Falcon… así que su destino es un misterio en este momento.


2 THANOS (Josh Brolin, Avengers Infinity War, 2018; Avengers Endgame, 2019, más apariciones breves en otros filmes)

El Titán loco, enamorado de la muerte. Desde siempre vivió con la obsesión por el equilibrio cósmico, y llegó a la conclusión que lo único que podría mantener estable al universo es reducir su población a la mitad. Para ello, ha pasado una vida en la búsqueda por todo el cosmos de las llamadas Gemas del Infinito, que dan a su portador un poder inimaginable.
Armado de un gigantesco ejército, y pese a la oposición de las distintas facciones en que se dividieron los Avengers tras los acuerdos de Sokovia, Thanos consigue las seis gemas y, con sólo un chasquido de dedos, elimina a la mitad de la población del universo.
Poco tiempo después, para que nadie más pueda usarlas, destruye las gemas.
Aunque fue decapitado por Thor tras estos hechos, una versión más joven de Thanos consigue rastrear a los Avengers, que han reunido las gemas desde distintos puntos de la continuidad temporal, e intenta reutilizarlas, esta vez para exterminar a toda la vida del universo, pero Ironman (Tony Stark) lo impide, provocando la desaparición de Thanos y de sus seguidores, muriendo en el acto.


1 LOKI (Tom Hiddleston; Thor, 2011; Avengers, 2012; Thor The Dark World, 2013; Thor Ragnarok, 2017; Avengers Infinity War, 2018; Avengers Endgame 2019)


Hijo de Laufey, el gigante de hielo. Dios del engaño y la transformación. Hijo adoptivo de Odin, padre de Asgard (Anthony Hopkins), y hermanastro de Thor, Dios del Trueno (Chris Hemsworth), conspira contra éste último para ocupar su lugar en el trono de Asgard. Pese a ser derrotado, escapa y se une a la raza de los Ch’tauri para conquistar la Tierra, aunque nuevamente es derrotado por los Avengers, siendo encarcelado en Asgard. Sin embargo, no será la última vez que veamos a Loki, quien mantendrá una relación de conflicto/colaboración con su hermanastro a lo largo de los años.
Tras la destrucción de Asgard como consecuencia del evento conocido como Ragnarok, su transporte es atacado por Thanos, quien se encontraba buscando la gema del espacio, guardada en el contenedor llamado Teseracto. Loki intenta engañar a Thanos para asesinarlo, fracasando, siendo asesinado por Thanos quien se lleva el Teseracto.
Sin embargo, una versión más joven de Loki, recién capturada por los Avengers tras la invasión Ch’tauri, escapa producto de la confusión provocada por los Avengers del futuro mientras intentan recuperar el Teseracto desde esa época. Su paradero es desconocido.
Loki es, por lejos, el más constante, convincente y popular de los villanos del MCU. Que en unos meses más tengamos su propia serie, y sus constantes reapariciones en las distintas películas Marvel hace que lo tengamos, con justicia, en la cima de este ránking.


fretamalt@hotmail.com @panchocinepata (Twitter/Instagram)

lucha de gigantes

Increíble e inesperadamente, Godzilla ha emergido del océano para atacar las instalaciones de Apex Cybernetics en Pensacola, California, siendo la primera vez que ataca una población humana, dejando gran cantidad de víctimas, algunas de ellas fatales.

Poco después de la catástrofe, Walter Simmons (Damian Bichir), CEO de Apex, visita al doctor Nathan Lind (Alexander Skarsgard) a quien convence para viajar a la llamada Tierra Hueca, el desconocido lugar bajo la Antártida del cual vendría Godzilla, a fin de investigar las inagotables fuentes de energía que en dicha zona se ocultan.

Lind suma a su equipo a la doctora Ilene Andrews (Rebecca Hall) quien junto a su hija adoptiva Jia (Kaylee Hottle), dirige el equipo de confinamiento de la llamada Isla Calavera, siendo la única persona capaz de controlar al elemento clave para acceder a Tierra Hueca: el simio gigante llamado Kong.

Esto había que verlo en cine…maldita pandemia.

Es que Godzilla vs Kong merece estar sí o sí no sólo como una de las películas más entretenidas del año, sino también en uno de los mayores espectáculos visuales del 2021.

Porque hay que decir las cosas como son: lo que uno espera de una película como ésta, es ver a estos gigantescos ejemplares en acción, sea causando algún desastre, sea peleando entre sí, en fin, sobre todo si son los personajes principales de este universo. Siendo así, esta película tiene mucho y muy bueno. Nada que reprochar al respecto, sólo agradecer.

¿Y el factor humano? Porque si hay algo que, con mayor o menor razón se viene criticando a estas películas, desde la primera de este Monsterverse –Godzilla, 2014- es el exceso de personas hablando y quitando tiempo de pantalla a esta fauna gigantesca. Idea que me parece un poco exagerada: por mucho que querramos ver monstruos agarrándose a combos, necesitamos al ser humano para dar contexto a su confrontación.

Si no, sería como poner una cámara y filmar un encuentro random entre monstruos, y no sería lo mismo.

Así entendido, y con excepción del arco narrativo que corre por cuenta de Millie Bobby Brown, el blogger conspiranoico y el gordito de Deadpool 2 (un intento por enganchar con ese público que cree que el género fantástico sólo empezó con Stranger Things) los personajes humanos aportan lo justo y necesario para entender por qué estas megabestias terminan por enfrentarse.

Este equilibrio, por así decirlo, entre interacción humana y bestial, permiten que la historia fluya, se entienda y, llegado el momento, veamos lo que estamos esperando a partir del título del filme, y lo disfrutamos, a todo pulmón.

Porque si bien la película tiene estos detalles como personajes que sobran o algunas lagunas o sinsentidos en su narración, el combate entre los verdaderos protagonistas de este filme son impresionantes y, como dije más arriba, un espectáculo visual en todo el sentido de la palabra.

Insisto, esto había que verlo en cine.

***3/4

GODZILLA VS KONG

Director: Adam Wingard

Intérpretes: Alexander Skarsgard; Rebecca Hall; Millie Bobby Brown; Demián Bichir; Eiza González; Julian Dennison; Bryan Tyree Henry; Kaylee Hottle; Shun Oguri; Kyle Chandler

Ciencia ficción/Aventuras

2021

(Con todo, a la hora en que escribí el manuscrito de esta reseña, domingo 4 de abril, mediodía en Chile) GvK ya se había anotado 285 millones de dólares, convirtiéndose en la película más taquillera desde que se declaró la pandemia. Ahh, estos países donde las cosas se hacen bien…snif!)

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