peces fuera del agua

Luca, una joven criatura submarina, pasa una vida bastante rutinaria, llevando a pastar a sus peces cerca de la casa de su familia, y soñando con la vida fuera de la superficie del mar, interés que con las historias que sus padres cuentan de dicho lugar, no hace más que crecer.

Cierto día, conoce a Alberto, otro ejemplar de su especie capaz de salir de la superficie y disfrazarse de humano, quien le enseña a Luca a emplear las mismas habilidades y a conocer el mundo exterior, lo que revolucionará la existencia del chiquillo…

A la señora que algunos meses atrás reclamaba que Pixar se había olvidado de los niños al enfocarse en narraciones demasiado complejas para la mente de un infante –como si los niños no tuvieran cerebros- , espero que haya visto Luca y se haya dejado de joder. Es decir, estamos ante la amistad de dos niños y sus aventuras al salir a recorrer el mundo, temática más infantil (en cuanto a que son historias con que un niño podría sentir como propia), imposible.

Hago la aclaración respecto del uso del concepto “infantil”. Existe la mala costumbre de calificar así historias simplonas y llenas de obviedades. Lo que no es el caso de Luca, pues el filme debut del director Enrico Casarosa (quien ya había dirigido el corto La Luna, 2012, también a través de Pixar) puede que no esté a la altura de otras joyas del estudio de la lamparita (como Intensamente, Coco o Soul, por citar los ejemplos más recientes, pero no lo necesita para ser un filme encantador.

No por tratarse de un cuento fantástico sobre dos niños enfrentados al mundo que los rodea (en el marco de un entorno sobrecogedor, que retrata en gran forma la cultura provinciana de la Italia de los primeros años de la posguerra) Luca deja de lado algunos de los grandes temas que cruzan la filmografía pixariana: el respeto –por uno mismo y por otros-, la tolerancia, la madurez, la independencia y la solidez de la familia. Todos los personajes involucrados aprenden de una u otra forma algo en relación a estos temas.

Cabe tener presente, por si alguien aún no se había dado cuenta hasta ahora, que no estamos ante un remake animado de Call Me By Your Name, como más de alguien especuló desde que salieron los primeros poster de Luca. Más allá de que ambas historias transcurren en un pueblito costero italiano, el resto es totalmente diferente, e intentar forzar algún vínculo o similitud entre películas es un ejercicio que no viene al caso.

Si reconocemos cierta influencia del estudio Ghibli, por quienes muchos artistas de Pixar rinden pleitesía, en lo estético, así como en lo narrativo (especialmente en el aspecto mágico y fantástico del filme), pero son eso: influencia, que se agradece, se valora, pero no deja de ser influencia.

Cosas que hay que aclarar respecto de algunos comentarillos que he visto por ahí, que hablarían de un supuesto cambio de estilo del estudio de la lámpara. Aunque reciba influencias de otras fuentes, Pixar sigue siendo Pixar.

Es todo lo que necesita para anotarse otro acierto más en su lista.

***1/2

LUCA
Director: Enrico Casarosa
Animación
2021

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un problema de oportunidad

Es otro día en la vida de los Croods: despertar, huir de bestias salvajes, atravesar inhóspitos paisajes, encontrar lo que puedan para comer, dormir, y al día siguiente, lo mismo. Y así.

Cierto día, se encuentran con un florido y abundante jardín, escondido tras un muro, siendo sorprendidos por los Betterman, una familia que ha hecho de este lugar su residencia permanente. El vivir con todo al alcance de la mano, sin tener que huir y estableciéndose en un lugar fijo, es toda una sorpresa para los Crood, y un nuevo desafío para su estabilidad familiar.

El tiempo es el peor enemigo que una franquicia puede tener. Estrenada en 2013, Los Croods fue una de las sorpresas animadas de ese año, pero, salvo por una serie precuela de corta duración en Netflix, parecía haber quedado ahí. Por eso, el estreno de Los Croods: Una Nueva Era, a fines de 2020, fue una sorpresa, pero desde el punto de vista de que nadie la esperaba…ni la necesitaba realmente.

No es culpa de los realizadores. La adquisición de Dreamworks Animation por parte de Universal entrampó muchos proyectos, retrasando más allá de lo recomendable el lanzamiento de títulos como éste, que encima tuvo que enfrentar el cierre de las salas por la pandemia, y el mal ojo para ser estrenada en medio de los dos principales estrenos animados del 2020: Wolfwalkers y Soul. Entre medio de esos gigantes, el estreno de una secuela que muchos tenían ya en el olvido pasó muy silenciosamente.

Tampoco es que fuera una franquicia de la que pudiese sacarse mucho merchandising u otros elementos, como para mantenerla en el ojo público en el intertanto. Tomemos el ejemplo de Toy Story..pasaron 11 años entre la 2 y la 3, y 10 entre la tercera y la cuarta, pero siempre se mantuvo presente, principalmente gracias a sus cortos. Cómo Entrenar a tu Dragón, lo mismo (cinco años entre la 2 y la 3, pero la serie Dragones de Berk la mantuvo presente).

Igual le alcanzó para alcanzar una nominación al Golden Globe, y otras cuantas para los Annie Awards, así que no fue tan piola.

Lo triste es que la película no es mala. No es para haber esperado siete años, si lo hubiésemos sabido antes, ni al nivel de las otras cintas con las que tuvo la mala suerte de coincidir, pero está bien. Entretenida, con varios momentos emocionantes y que, siendo ya un filme corto (1 hora y 35, créditos incluidos), pasa rápido.

Siempre teniendo un conflicto como elemento central. Si en la primera la cosa era tanto generacional como el choque entre la necesidad de sobrevivir y el deseo de vivir con dignidad, en esta tenemos un conflicto entre estilos de vida, y hasta de clases: el modo de vivir nómade y con lo puesto de los Crood, contra el modo más conservador y ordenado de los Betterman. Y, al igual que en la primera, el conflicto entre padres e hijos, y entre las maneras de ver el mundo de cada uno de ellos.

La consigna es, una vez más, aprender a valorar las diferencias entre las personas y unirse por encima de ellas, sin caer en la moralina o en la desesperación por dejar lecciones.

Pudo ser mejor, es cierto, para todo lo que se demoró. Pero tampoco está nada de mal. Quizás en una fecha más idónea, otro gallo le cantaba.

THE CROODS: A NEW AGE
Director: Joel Crawford
Animación
2020


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cuatro décadas de exploración

El pasado 12 de junio se conmemoró un hecho fundamental: los cuarenta años desde el estreno de Los Cazadores del Arca perdida el filme que nos presentó al aventurero Henry “Indiana” Jones Jr, iniciando una de las mayores sagas cinematográficas de la historia, protagonizada por uno de los personajes más queridos de la cultura popular.

¿Cómo fue que un personaje tan fuera de su tiempo –héroe de los primeros tiempos de la segunda guerra mundial, cinco décadas después, en un contexto distinto incluso dentro del mismo cine- llegó a ser tan popular? Pongámonos en ese contexto.

Estamos a fines de los ’70, y el cine de entretención había recuperado su importancia, principalmente gracias a George Lucas y Steven Spielberg, siendo ellos precisamente los creadores de Indiana Jones, personaje que Lucas venía desarrollando desde 1973. Ello, más el aporte de Spielberg quien estaba ansioso por incursionar en el cine de espionaje, dieron forma al profesor de historia y arqueología durante la mitad del tiempo, aventurero y explorador la otra mitad.

La idea, tal como ya había hecho Lucas con Star Wars y Spielberg con prácticamente todo lo que había rodado hasta entonces, era homenajear al cine de aventuras con que se formaron. En ese sentido, la sociedad entre ambos no podía ser menos que la ideal.

Es en el aspecto aventurero del personaje donde se desarrolla principalmente, y eso nos queda claro en la gloriosa, imitada e inigualada primera secuencia de la primera película, que resume a la perfección lo que es Indiana Jones y por dónde va a ir la cosa en los próximos minutos…y filmes.

La historia transcurre en 1936. Son los primeros tiempos de la inminente Segunda Guerra Mundial, que aún se ve lejana para Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno mira con detención las acciones de las fuerzas encabezadas por Hitler, así como sus aspiraciones por convertirse como un líder a nivel mundial.

Sabiendo la debilidad del führer por los objetos de poder y artefactos místicos, se enteran que tiene a parte de sus hombres buscando el Arca de la Alianza, el cofre en que se guardan las tablas que Dios dio a Moisés en el Monte Sinaí. Buscando reducir la ventaja que los alemanes llevan, el servicio secreto recluta al hombre más indicado para la búsqueda de este tesoro: el doctor en arqueología Henry Jones Jr, Indiana para los amigos y conocidos.

Esto basta para arrancar una aventura que comprende los elementos clásicos del género: un héroe, entendiendo por tal a un individuo ordinario enfrentado a circunstancias extraordinarias (pero con debilidades, lo que lo hace mucho más cercano), con la clara orientación de querer hacer lo correcto; villanos muy malos y ambiciosos; aliados leales y un tesoro por encontrar que alberga un gran poder, pero que nuestro héroe persigue por un interés de investigación y protección patrimonial.

De esta premisa se han alimentado cuatro películas (más una quinta, actualmente en rodaje, de la mano de don James Mangold), una serie de televisión –la respetable Young Indiana Jones Chronicles-, novelas, cómics, videojuegos, y por supuesto mucho fan fiction y fan art.
Sin contar las muchas películas e historias surgidas con posterioridad, inspiradas en Indiana Jones, o que buscaban imitar al legendario aventurero, o replicando su fórmula.

Hablando puntualmente de la película Cazadores… y no de la franquicia, es lo que decíamos antes: un homenaje al cine de aventuras siguiendo al pie de la letra las reglas y códigos del mismo, lo que no es de extrañar pensando que esto era lo que Lucas y Spielberg devoraban en sus años de formación.

El homenaje funciona, sobre todo con la siempre majestuosa puesta en escena de la mano de Spielbeg, pero con el gran plus de que le dan una actualización tremenda al género, reinventándolo y haciéndolo apto para su disfrute por un público que ya no devoraba seriales de matiné que duraban diez capítulos semanales de media hora.

El traspaso a un filme de más de 120 minutos es impecable, y ha marcado pauta en un género que volvió para quedarse y hoy, cuatro décadas después, con un Harrison Ford que ya echa canas y en vez de estar pensando en la jubilación, se vuelve a calzar su casaca de cuero y su leal sombrero Fedora, está muy lejos de retirarse.

No por nada, a los héroes se les considera inmortales.

****

INDIANA JONES AND THE RAIDERS OF THE LOST ARK
Director: Steven Spielberg
Intérpretes: Harrison Ford; Karen Allen; Paul Freeman; John Rhys-Davies; Ronald Lacey; Denholm Elliott; Wolf Khaler
Aventuras
1981

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la venganza surgió desde la tumba

En un reciente capítulo de Cine, Series y Música (CSM en Spotify, para que lo escuchen), hablamos de aquellas adaptaciones de cómics que no vienen ni de DC ni de Marvel, y entre ellas mencionamos a El Cuervo (Alex Proyas, 1994).

Siento que debimos darle más minutos de conversación a esta película. No por nada estamos en ante una de las primeras adaptaciones al cine de un cómic que no viene del duopolio, y una de las más dignas, además, apareciendo muchos años antes de cualquier fórmula y que este género se convirtiese en el regalón de la industria.

Por otra parte, de lo que más se ha hablado cuando se menciona a este filme es de la leyenda negra que existe sobre éste. El cómic de James W. Barr fue creado como una forma de lidiar con una tragedia personal, y para qué hablar de la película, marcada por la muerte de Brandon Lee durante el rodaje por un aún ahora inexplicable error con las armas de utilería. De ello se habla mucho, y del filme, poco.

Todo comienza en un barrio bravo de Detroit, la noche anterior a Halloween, una caótica jornada en que las pandillas locales habitualmente se toman las calles para toda clase de desmanes. En eso, es que irrumpe una turba en el desván donde vive Eric Draven (Lee), junto a su novia Shelly, matando a ambos.

Un año después, Eric despierta de la muerte, luego de que un cuervo se posa sobre su lápida. No sólo ha resucitado, sino que además lo hace con extraordinarios poderes y habilidades, y una vez que toma consciencia de lo que le ha ocurrido, decide ir en busca de venganza..

Los mitos que rodean a este filme y el haberse estrenado en una época en que el cine basado en cómics era una excepción y no la regla (si venía de un cómic independiente, con mayor razón) han hecho de El Cuervo un filme de culto, sobre el cual ronda un aire de inmunidad a la hora de hablar sus fallas.

Porque las tiene: en lo argumental, al menos, gracias a que plantea algunas preguntas que quedan sin responder.

¿Qué es lo que hace revivir a Eric?¿Por qué él precisamente?¿Que tiene que ver el cuervo?¿Es alguna clase de mensajero o entidad interdimensional?

Seguro que el cómic se hace cargo de desarrollar las respuestas, y es probable que fueran desarrolladas en eventuales secuelas que quedaron en el tintero con la muerte de Brandon Lee (de las lamentables secuelas que sí se produjeron, sin comentarios), así que igual hay que ser algo indulgente con esto último.

Ahora, ¿se imaginan si se estrenase ahora, cómo llorarían los “cinéfilos” con canal de Youtube, por detalles como éste?

Porque obviando lo anterior, la película tiene mucho a su favor: visualmente atractiva, no tardó mucho en convertirse en un ícono de la cultura popular (el luchador Sting asumió esta estética algunos años después, por lo mismo), entretenida en su desarrollo, abundante en logradas escenas de acción, más un soundtrack pródigo en rock alternativo inglés y estadounidense que la convierte en una de los mejores de la década, son factores que hacen de esta película algo muy superior a los diversos mitos urbanos que la rodean.

***1/2

THE CROW
Director: Alex Proyas
Intérpretes: Brandon Lee; Ernie Hudson; Michael Wincott; Rochelle Davis
Fantasía/Acción
1994

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buscando la salida

Si Furyo fue la mejor actuación de David Bowie en el cine, Laberinto, estrenada tres años después, fue la más taquillera.

Con su carrera musical en pausa tras el fallido disco Tonight, de 1984, Bowie encontró su nicho en el cine, pasando el segundo tercio de la década de los ’80 dedicado a la actuación. Como decíamos, no todas sus actuaciones hicieron mucho ruido, y en este lapso sumó pequeñas apariciones como Into The Night (con Michelle Pfeiffer y Jeff Goldblum) o el fallido musical Absolute Beginners (aunque su tema principal, a cargo del mismo Bowie, es simplemente grandioso). Quien diría que uno de sus mayores éxitos vendría con un cuento de hadas.

Un cuento de hadas algo tétrico, vale, protagonizado por esos muñecos demasiado feos para aparecer en el Show de los Muppets, pero cuento de hadas al fin.

Sarah (Jeniffer Connely) es una adolescente fanática de las historias fantásticas, a las que acude para evadir su realidad: la relación con la nueva mujer de su padre es un desastre, así como con su pequeño hermanastro Toby, de pocos meses de edad.

Una noche, en la que debe quedarse de niñera del bebé, éste se encuentra inusualmente inquieto. Desesperada, Sarah se desahoga deseando que Toby sea llevado por los duendes protagonistas de su libro de cuentos favorito. Y a los pocos segundos, así sucede.

El responsable es Jareth (Bowie) el Rey Duende, que ha secuestrado a Toby, dandone a Sarah un plazo de 13 horas para llegar a su castillo y rescatar el niño antes que sea convertido en duende. El problema es que para llegar al destino, debe atravesar un intrincado laberinto, donde las trampas, trucos y obstáculos están a la orden del día,

Dirigida por Jim Henson, el legendario creador de los Muppets y que ya venía de dirigir otra película similar (El Cristal Encantado, un par de años antes) y producida por George Lucas, Laberinto es un cuento de hadas bastante sui generis (no existía Shrek, así que aun no se daba la gran deconstrucción del género), y si miramos con atención, de una u otra forma están los tópicos del género.

En vez de una princesa en peligro, tenemos un príncipe (Toby), en vez de un reino amenazado por una fuerza del mal, tenemos uno gobernado por una fuerza del mal (el reino de los duendes con Jareth a la cabeza), y en vez de un joven dando un viaje del héroe, tenemos a una adolescente que hace este mismo viaje, cuyas consecuencias se dejan ver dentro y fuera de este mundo irreal.

Entrando al laberinto, Sarah es caprichosa, mañosa, infantil, que todo lo ve como un drama. Pero mientras recorre el camino para rescatar a su hermano, va aprendiendo cosas de si misma, que le permiten apreciar mejor su vida, lo que y los que la rodean, aprendiendo a valorarse y a darse cuenta de lo que es capaz, beneficiando incluso a quienes le rodean: partiendo por su hermano, e incluyendo a los amigos que va haciendo en el camino: un duende huraño y tosco, una bestia peluda y un lanudo caballero.

La chiquilla melodramática que entró al laberinto no será la misma que saldrá, sino una chica valiente, que sabe por qué luchar y que tiene las herramientas para ello.

Estamos, en definitiva, ante una inusual cinta del tipo coming-of-age donde su protagonista encuentra en este mundo donde nada es lo que parece, poblado de criaturas insólitas, todas cortesía del Jim Henson’s Creature Shop (que resultan encantadoras aún cuando la mayoría tenga un look que no le mostrarías a un nuño muy pequeño), el camino para ser mejor persona.

***

LABYRINTH
Director: Jim Henson
Intérpretes: David Bowie; Jennifer Connelly
Fantasía
1986

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por sus acciones lo conocereis

tras una serie de robos a camiones blindados, una empresa del ramo ha contratado a Patrick H. Hills (Jason Statham), funcionario de seguridad cuyo curriculum impresiona a su nuevo empleador, y cuya frialdad y eficacia a la hora de hacer su trabajo lo convierte en el trabajador ideal.

Sin embargo, eso mismo empieza a despertar sospechas entre sus compañeros, y algunos de ellos empiezan a preguntarse sobre las verdaderas intenciones del recién llegado..

Me enteré de esta película hace dos días…

A ver…¿Jason Statham dirigido, nuevamente, por Guy Ritchie en un filme que tiene mucho de Michael Mann, a partir de un clásico del cine de acción francés?. Compro de inmediato este proyecto llamado Wrath of Man.

Dije “a partir de” en vez de “remake” por la sencilla razón que no lo es. El filme de Ritchie toma parte de la premisa de Le Conveyeur, de 2004, para unirla a material de su propia cosecha. Ahora, y aquí viene lo interesante, es que si bien se enmarca siempre dentro de lo policía, el género regalón del director inglés, se sale de su mezcla habitual de comedia de enredos con policías y ladrones (Snatch, Revolver, Los Caballeros y la clásica Juegos, Trampas y Dos Armas Humeantes) para irse por un canal más serio…y más dramático si se quiere.

¿Le resulta? Si, porque por mucho que el tipo de historia que está contando obedece a un motivo más serio que sus otros filmes, no por eso deja de imprimir una de sus marcas de fábrica: la división de la historia en diversos episodios, a través de ellos se cuentan distintas extensiones de ésta, que confluyen en un gran acto final.

El cambio de un formato a otro ni se nota, y Ritchie se deja ver bastante cómodo, en la medida que pueda seguir contando la historia a su manera.

Para qué vamos a hablar de Jason Statham, después de algunos proyectos en que lo hemos visto haciéndose el gracioso (la última Rápido y Furioso, así como el spin-off con Dwayne Johnson) aquí lo volvemos a ver en el tipo de personaje que mejor le sale: el personaje frío, de pocas palabras, que deja que sean sus balas y sus puños los que hablen por él.

Tan mirado a huevo que es el cine de acción (a veces con razón, por cierto) y por eso es que cuando aparecen cosas como ésta, realmente buenas, porque suben el estándar, y que de verdad son cosas que hay que valorar.

Sobre todo filmes como éste que no necesitan de mucho para sobresalir.

***

WRATH OF MAN
Director: Guy Ritchie
Intérpretes: Jason Statham; Hott McCallany; Josh Harnett; Scott Eastwood; Eddie Marsan; Post Malone; Andy García.
Policial
2021

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el cautiverio ¿feliz?

Lo que son las cosas. David Bowie es mi artista favorito de la vida. Tengo sus discos, en vinilo, en cd y trato de encontrar las cosas que me faltan. Tengo sus dvd, persigo sus videos en Youtube u otras redes, así como trato de encontrar sus diversas biografías. Pero hace rato que no me metía en su carrera cinematográfica, al menos una década. Asi que me dije que ya era tiempo.

Enfocándome en sus papeles principales (dejando de lado apariciones breves, secundarios o cameos como The Hunger, The Prestige, Yellowbeard o Zoolander, o cosas casi imposibles de encontrar como Just a Gigolo o The Linguini Incident –que tengo en vhs aunque no recuerdo dónde las puse) vi por fin The Man Who Fell To Earth (he visto hu..s raras pero ésta la cag..) y volví a ver Laberinto (Jim Henson, 1986) que repasaremos en otra oportunidad, y Feliz Navidad Sr. Lawrence (Nagisa Oshima, 1983) quizás su mejor aparición en cine.

Siempre me llamó la atención que este filme fuese conocido por acá como FURYO, siendo que no me cuadraba por ninguna parte, hasta que me explicaron por ahí que esta palabra, que en japonés equivale a “prisionero”, fue incluida en el título en japonés de la película, y luego replicada en su distribución en alemán, italiano, francés y en latinoamericano. Tampoco tenía idea que estaba basada en la novela autobiográfica de Laurens Van Der Post, escritor sudafricano que sirvió al ejército inglés en la Segunda Guerra Mundial, y fue prisionero de los japoneses durante ese conflicto.

Por ahí va más o menos la historia: estamos en Java, en 1942, plena segunda guerra, con un puñado de soldados ingleses prisioneros de Japón, campamento dirigido por el capitán Yonoi, un hombre muy apegado a los valores tradicionales de la cultura nipona: el honor y la disciplina. A su vez, los reos ingleses tienen como referente a John Lawrence (Tom Conti), quien tiene buena relación con sus captores, especialmente con un oficial llamado Hara (Takeshi Kitano), vínculo que sirve de nexo entre europeos y asiáticos dentro del campo.

A este campo llega Jack Celliers (Bowie), mayor australiano al servicio de Inglaterra, una suerte de leyenda tanto entre celadores como prisioneros luego de que pudiera sortear su ejecución. Dotado de un aura misteriosa, la presencia de Celliers no pasa inadvertida, especialmente para Yonoi, que ve sacudir de raíz sus convicciones después de conocer al australiano.

No es el primero ni el último de los filmes que sirven de crónica a la vida en los campos de prisioneros durante la segunda guerra, la relación entre vigilantes y vigilados y como conectan pese a estar en bandos opuestos, y por eso quizás se pierda entre tantos que hay. Dudo, en todo caso, que Van Der Post haya querido revolucionar el subgénero con su relato.

Aun así, tiene ciertas cosas que la distinguen de sus similares. Más allá del choque cultural entre orientales y occidentales, la película tiene un doble enfoque, que dice relación, por un lado, con el proceso que debe enfrentar Yonoi, pero visto desde afuera, cómo lo ven Lawrence, Hara y sobre todo Celliers. Porque aunque habla a voz en cuello de la lealtad, el honor y proyecta la imagen de un líder militar duro y estricto, en su fuero interno no tiene tan clara esa misma identidad, y la llegada de Celliers lo afecta sobremanera.

El otro eje de la narración está en el vínculo entre Lawrence y Hara. Es cierto que hay una relación de dominio de uno sobre otro (derivado de la guerra) pero el lazo que van construyendo con el tiempo, al ser el inglés el vocero de los prisioneros ante las autoridades del campo, que termina yendo más allá de lo estrictamente protocolar, lo que contrasta con la relación tóxica que se va dando entre Yonoi y Celliers.

Una impecable fotografía, acompañada de la extraordinaria partitura a cargo del propio Sakamoto junto a David Sylvian, es una película que ha quedado muy postergada (sé que en algún momento salió en dvd y es parte de Criterion Collection, pero ignoro si ha sido rescatada en otros formatos posteriormente) y es una lástima, ya que es un testimonio sobre hasta donde puede llegar la condición humana en tiempos de conflicto.

***1/2

MERRY CHRISTMAS MR. LAWRENCE
Director: Nagisa Oshima
Intérpretes: Tom Conti; Ryuichi Sakamoto; David Bowie; Takeshi Kitano; Jack Thompson

Drama/Bélico
1983


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la crueldad viste a la moda

Desde que quedó huérfana siendo muy niña, Estella (Emma Stone) ha tenido que dedicarse a la delincuencia, junto a dos pillos, Jasper (Joel Fry) y Horace (Paul Walter Hauser), hasta que consigue empleo como mucama en Liberty, la más importante tienda de moda de Londres.

Circunstancialmente, conoce a la Baronesa (Emma Stone), fundadora de esa tienda y la figura más influyente de la moda inglesa, ganándose su confianza y cumpliendo al fin su sueño de ser diseñadora. Sin embargo, cuando se entera que la Baronesa tuvo relación con la muerte de su madre, descubre que ser Estella no es suficiente, y decide dar un radical giro en su personalidad…

Tal vez no sea el mejor de los live-action de Disney, pero si está en la parte alta de la lista. Y es que Cruella, la cinta que nos trae el origen de una de las villanas más carismáticas y populares del estudio del ratón es, cuando menos, la más original de este subgénero. Por lo mismo, una de las más entretenidas y que mejor funciona.

Funciona como cinta de origen, de venganza y hasta de cómo funciona el negocio de la moda, teniendo claro que esto en caso alguno pretende ensalzar la figura de un villano, como he leído por ahí.

Deteniéndonos en los dos primeros puntos, y tal como pasó con series como Hannibal o el Joker de Joaquim Phoenix (aunque sin llegar a ese nivel de profundidad, por supuesto), la película sólo cuenta las circunstancias y los hechos que la llevan a ser el personaje que conocimos en 101 Dálmatas, sin olvidar que, más allá del ingenio de sus planes, de lo carismática que puede llegar a ser, es la villana principal de la historia.

Carismática y con motivos válidos, pero la villana al fin: ambiciosa, rencorosa, calculadora, manipuladora, inescrupulosa, desleal (por mucho que haya un mal igual o mayor rondando por ahí). Podemos admirar sus planes y métodos, hasta entender sus razones, pero no avalar sus objetivos.

Todo en un envase vestido a la moda, en un entorno en el que hay que avalar al departamento de diseño de producción, por la gran reconstrucción del Londres de fines de los ’60 que, gracias a la psicodelia y al glam rock, se había convertido en la capital mundial de la moda.

Esto hace que una película que, por los tráilers que habíamos visto hasta ahora, y por la estética del filme, pensábamos que pretendía ser la versión Disney de Harley Quinn, consiga ser mucho más que la gestación de un personaje apelando a la estética de otro, sino uno independiente, capaz de brillar con luces propias.

Mérito de eso tiene la encarnación de Emma Stone, capaz de darle profundidad a un personaje que sólo conocíamos dibujado, caracterización que sin dejar de ser una caricatura, demuestra que puede ser una arpía a la que le sale la perversidad por los poros, sin necesidad de parecer un monstruo. Logra que la historia gire en torno a su personaje y si éste llega a convertirse en ícono, sin perjuicio de que ya lo era en su versión dibujada, es mérito de Emma, alzándose como uno de los puntos más altos del filme.

Sólo necesita ser más terrible que su némesis, la Baronesa, otro gran trabajo de Emma Thompson (digo, no había algún personaje para Emma Watson y Emma Roberts, para hacer póker? Mala broma, lo sé). Por cierto, conociendo lo que fueron Jasper y Horace en la versión animada, y en el anterior live-action de 101 Dálmatas, corríamos el riesgo de que fueran unos secundarios irritantes, pero terminan siendo un buen aporte para la historia.

El gran pero de este filme es su banda sonora: la selección de canciones es grandiosa, y muy acorde con el entorno en que transcurre, pero ¿es necesario que esté presente durante toda la película? No es un musical ni videoclip ni biopic de músico tampoco, así que a ratos llega a incomodar.

Es el punto flojo de una película que, en líneas generales, anda bien, funciona y entretiene, demostrando que los live-action del estudio del ratón tienen futuro cuando dejan de ser un copy/paste de sus versiones animadas y se entusiasman por contar otras cosas.


***

CRUELLA

Director: Craig Gillespie
Intérpretes: Emma Stone; Emma Thompson; Mark Strong; Joel Fry; Paul Walter Hauser; John McCrea; Emily Beecham; Kirby Howell-Baptiste

Comedia/Fantasía
2021

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