Me informan que Cameron Díaz estuvo de cumpleaños, y debe ser la primera vez en mucho rato que su nombre aparecía en redes sociales. Lo cierto es que Cameron lleva lejos del ojo público hace un rato ya, tras retirarse de la actuación para dedicarse a formar una familia. De hecho, sus últimos trabajos datan de 2013, 2014, por ahí.
De Cameron empezamos a saber en 1994, cuando coprotagonizó junto a Jim Carrey, otro actor que podríamos considerar revelación de ese año (y que también está a medio camino del retiro) la inolvidable La Máscara, pero su verdadero salto vino tras algunos años de decisiones no del todo acertadas, hasta que le dio el palo al gato con la gloriosa Loco Por Mary. Y si, es cierto que tiene otras cuantas películas notables (Quieres ser John Malkovich, Pandillas de Nueva York, Con Sólo Mirarte), pero es con la comedia de los hermanos Farrelly que nos concentramos en Cameron y no la olvidamos más.
Y es que con Mary Jensen (Cameron Díaz) es imposible quedar indiferente. Nadie puede. Tomemos, por ejemplo, a Ted Strohemann (Ben Stiller), que conoció a Mary en el colegio, y nunca la pudo olvidar. Y nunca pudo superar que la noche que podrían haber consumado su amor, un pequeño incidente con su pantalón frustró todas sus expectativas.
Más de diez años después, y aun incapaz de superar el recuerdo de Mary, Ted acude a Pat Healy (Matt Dillon en uno de sus mejores roles, digamos las cosas como son), un charlatán de tomo y lomo devenido en investigador privado. El problema es que Healy, quien viaja a Florida para dar con el paradero de la chica, también termina atraído por Mary y diseña un plan para conquistarla, a costa de Ted..
Si algo hemos criticado por aquí es la frecuencia con que la comedia estadounidense cae en la búsqueda de risa fácil a base de golpes en ciertas partes, secreciones y otro tipo de reacciones y necesidades fisiológicas. No es que eso de lo que se ha abusado hasta más allá del cansancio en la actualidad, no fuera una novedad en 1998, en la época en que se estrenó Loco Por Mary, pero sí había una diferencia fundamental: todo lo políticamente incorrecto de esta película se encuentra dentro de un contexto y tiene sentido dentro de la historia.
Todos los chistes, accidentes, desastres y similares que le suceden a Ted, Pat y el resto obedecen a la historia (eso hoy, en momentos en que la historia es una mera excusa para que el protagonista salga echándose gases porque sí…si, Adam, hablo de ti y de tu pandilla de lolosaurios..también a uds, hermanos Wayans, no se hagan), no se comen al relato.
Si, es un humor que podríamos tachar de políticamente incorrecto, pero que no molesta. Y no molesta porque con todo, no es lo principal en este filme. Nunca se nos olvida la historia de Mary y su séquito de admiradores…o si quiere, de acosadores…del efecto que produce la chica en quienes la rodean, y de lo que algunos están dispuestos a hacer para estar con ella.
Nos es imposible olvidar esta historia, no podemos no emocionarnos con ella, y al mismo tiempo no podemos resistir reír de buena gana. Y es que los Farrelly en aquellos días tenían esa capacidad de contar una historia atractiva, sazonada con chistes y situaciones ridículas, en su justa medida, y eso es lo que hace funcionar a Loco Por Mary en tanto comedia romántica como en comedia a secas.
Sin dejar de lado el gran casting: Ben Stiller iniciando su mejor etapa, Matt Dillon demostrando que es un buen actor de amplio registro cuando toma las decisiones correctas. Y claro, Cameron, en el rol principal. Así como nadie podía dejar de interesarse en Mary, ya nunca más pudimos ignorar a Cameron Díaz, y que bien la filmaron los Farrelly.
Una joya que, viendo como ha degenerado la comedia física los últimos años, no hace otra cosa que hacerse más grande con los años.
***1/2
THERE’S SOMETHING ABOUT MARY
Director: Peter y Bobby Farrelly
Intérpretes: Cameron Díaz; Ben Stiller; Matt Dillon; Lee Evans; Chris Eliott; Lyn Shaye
Comedia
1998
fretamalt@hotmail.com @panchocinepata (Twitter/Instagram)