el precio de la fe

Es el año 1862. Luego de servir durante la guerra de Crimea, la enfermera Elizabeth “Lib” Wright (Florence Pugh) viaja a un pequeño pueblo irlandés, azotado por la pobreza, para investigar el caso de Anna O’Donnell (Kila Lord Cassidy), una niña de once años que no ha probado bocado en más de cuatro meses, y manteniendo una salud impecable, pese a la falta de apetito.

Para la familia de la chica y otros miembros de la comunidad, esto es una señal de gracia divina, pero Lib, que ha visto demasiadas cosas como para creer en milagros, intuye que el fenómeno se debe a algo mucho más terrenal…

¿Ustedes creen que  la pseudociencia es un fenómeno reciente, engendrado por las redes sociales? Se equivocan. La ciencia, en cuanto búsqueda de explicación racional a los fenómenos, ha tenido desde siempre que batallar con toda clase de supercherías a la hora de dar estas explicaciones. Desde los líderes de las grandes ciudades de la antigüedad que tenían a su médico a un lado, y a su vidente al otro, hasta hoy, que estamos infestados de clones de Salfate anunciado lo que los gobiernos nos ocultan.

Una de esas alternativas, aunque les duela a muchos, y parezca contradictorio (soy católico) está en la religión, que especialmente en determinados períodos de la historia ha sido una alternativa demasiado poderosa. Piensen en Galileo, Copérnico o Darwin cuando esbozaron sus teorías.

Por ahí es donde va The Wonder, la más reciente película de uno de nuestros mejores principales embajadores fílmicos a nivel internacional, Sebastián Lelio, a partir de la novela del mismo nombre de Emma Donoghue, quien también coguioniza.

La película, estrenada este mes en Netflix y que ya empieza acumular nominaciones, plantea esta disputa de años entre religión y ciencia, o fe y materialidad, como quieran llamarle, introduciendo algunas ideas dignas de respeto, partiendo por nuestra protagonista, a la cual se le puede atacar desde más de un flanco.

Primero, que la historia sea protagonizada por una mujer de ciencias, en tiempos en que la ciencia aún era un tema tabú para la mujer. En segunda, por representar una opinión minoritaria, al buscar una explicación a la situación de esta niña, más allá de la mera gracia divina en la que el pueblo entero parece creer como un absoluto.

No es tanto, eso sí, lo que recae sobre Elizabeth (aquí sí pues, Florence, aquí si), no es que termine en la hoguera o apedreada en la plaza pública. Su presencia es acogida por la comunidad, aunque con ciertas aprehensiones, claro está, pero no es que se convierta en amenaza pública. Tampoco es ese el leit-motiv de este relato, sino cómo el aferrarse tanto a ciertas convicciones puede comprometer la existencia de una persona.

Lo que la comunidad hace con Anna al considerarla una prueba de fe, al fin y al cabo no es lo mismo que ciertos credos hacen al rechazar las vacunas o transfusiones. Podrán estar muy bien intencionados, no lo ponemos en duda ni Elizabeth ni Lelio ni yo, pero…¿realmente es lo correcto?¿Estamos realmente dispuestos a ofrecer la vida de un inocente a la defensa de un determinado dogma?

Este filme nos deja unas cuantas cosas de qué hablar, pero también el buen manejo de ritmos narrativos por parte de Lelio (la historia se presta para ser una soberana lata y termina viéndose realmente atractiva) una fotografía impecable a cargo de Ari Wegner (no puedes recorrer los paisajes irlandeses sin sacarles provecho), y un trabajo de dirección de arte y diseño de producción sobrecogedor.

 ***1/2

THE WONDER

Director: Sebastian Lelio

Intérpretes: Florence Pugh; Kila Lord Cassidy; Tom Burke; Toby Jones; Ciaran Hinds

Drama histórico/Suspenso

2022

fretamalt@hotmail.com

justicia para los guardianes

Tenemos claro que Hollywood es una fábrica de salchichas que de vez en cuando produce arte. Pero tenemos claro también que, como buena fábrica, lo que prima es la ganancia, y por muy arte que sea una producción, si no produce las ganancias que espera, hasta ahí no más llega.

Esta semana se cumple una década desde que se estrenó una de las más grandes películas animadas de lo que va del siglo, pero al mismo tiempo una de las más castigadas a lo largo de la historia. Concebida como el inicio de una franquicia, las ganancias de El Origen de los Guardianes no fueron lo que Dreamworks Animation esperaba, por lo que el estudio simplemente optó por archivar el proyecto de saga.

Y hasta ahí quedó la historia cinematográfica de este inusual grupo de héroes mitológicos, cuyo objetivo es proteger la inocencia y la imaginación infantil. Santa Claus, el Conejo de Pascua, el Hada de los Dientes y el Arenero, esta vez deben enfrentar el regreso de su viejo enemigo, Pitch, el señor de las pesadillas, que ha regresado más poderoso que nunca.

Considerando que toda ayuda sirve, reclutan a Jack Frost, el jovial espíritu del invierno, que por años ha sido reticente a unirse al grupo, al sentir que no está a su altura, entre otras cuentas pendientes de saldar consigo mismo.

¿Cómo fue a quedar tan en veremos?

Veamoslo así: si una película cuesta 100 millones de dólares, recién cerca de los 300 puede hablar de ganancias. De ahí la urgencia por conocer las cifras del primer fin de semana de estreno en su país de origen: mientras más luego se recuperen esos costos (y se cubran otros ítems como el porcentaje de lo recaudado que queda para las distribuidoras y exhibidores), más rápido estaremos cerca de los beneficios.

Si, como es el caso de Origenes… los costos no se cubren rápido (un presupuesto de 145 millones y  casi un mes después, recién se empinaba por los cien en EEUU), más vale ir pensando en otras salidas…como la cancelación. De poco sirvieron los 300 millones que logró en lo global, 200 de ellos fuera de EEUU.

Hay que decir que Dreamworks Animation es un estudio que, con casi 30 años de existencia, algunos cuantos éxitos de taquilla a su haber (las sagas de Shrek, Kung Fu Panda, Cómo Entrenar a tu Dragón, Madagascar, Trollz y otros títulos derivados, o cosas aisladas como Spirit o la reciente Los Tipos Malos) aún no tiene muy claro para donde va, ni su identidad. Es decir, reconocemos fácilmente una película de Pixar, o una de Laika, o Cartoon Saloon, cosa que no podemos decir del estudio del niño que pesca desde la luna. No es de extrañar entonces que las buenas decisiones sean su especialidad.

Así es como Origen… está en ese mismo indigno cajón que El Espantatiburones, Lo Que el Agua se Llevó o Monsters vs Aliens. Y es una pena que una historia tan buena, tan épica, termine en el mismo lote que títulos así de indignos.

¿No será demasiado?

Si, la taquilla no fue la que esperaban, o si lo fue, pero no llegó tan rápido como querían. Y ciertamente el merchandising tampoco apoyó (hay títulos mucho peores pero que se salvan de la extinción por la cantidad de chucherías que se fabrican a su imagen y semejanza..verdad, minions?), pero no es para despreciar tanto este filme.

No pido que retomen la secuela, o que hagan una serie para Netflix u otra plataforma. Pero ¿qué les cuesta una edición conmemorativa en 4K (que bien que le quedaría a este título) o una remasterización en bluray que sea?

No es tanto lo que pido, sólo un poco de justicia.

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vender lo que sea

Sucedió en Francia, durante la Primera Guerra Mundial. Mientras se recuperan de sus dolorosas heridas de guerra, el médico Burt Berendsen (Christian Bale) y el aspirante a abogado Harold Woodsman (John David Washington) traban amistad con Valerie Voze (Margot Robbie), una enfermera que hace arte con las piezas de artillería que extrae de los cuerpos de los heridos que atiende. Cuando Valerie es removida de su trabajo por este motivo, Berendsen y Woodsman parten con ella a Amsterdam donde conviven un tiempo juntos, hasta que Berendsen regresa a Nueva York con su esposa.

En 1933, mientras Berendsen mantiene una pequeña clínica para veteranos de guerra, especializada en prótesis, recibe la visita de Woodsman, y ambos son citados por Elizabeth Meekins (Taylor Swift), hija del general que los tuvo a su cargo, para que hagan la autopsia del militar, pues duda que haya sido una muerte natural. Sin embargo, pronto serán acusados de un crimen que no cometieron y se verán involucrados en una gigantesca conspiración…

Definitivamente, hay un tipo de individuos cuya gran virtud es su poder de convicción y su capacidad para vender hielo a los esquimales y abrigos de piel en Qatar. Uno de ellos es director de cine y se llama David O´Russell, porque no me explico cómo consigue grandes presupuestos y los elencos que dirige, siendo que su filmografía es más bien discreta.

No es que sea un mal director, ya que se apunta algunos títulos más de aceptables (Tres Reyes el 99, The Fighter el 2011, American Hustle en 2014) y ha conseguido unas cuantas nominaciones y reconocimientos (Christian Bale por The Fighter, Jennifer Lawrence por Silver Lining Playbook), pero el grueso de su filmografía te deja con la sensación de que lo que vas a retener es mucho menos de lo que te dijeron..y no vale lo que pagaste.

En ese sentido, y sin que Amsterdam sea una mala película, sigue la misma línea de lo que Russell ha propuesto antes: pensando en lo que nos propone (en este caso, una comedia de enredos mezclada con intriga y algo de noir, sazonado por un puñado de intérpretes reconocidos) lo que nos entrega finalmente está muy por debajo de eso. No es una estafa exactamente, pero sí pagamos un precio infladísimo.

Como comedia de enredos funciona a medias: nada como comedia, mucho en enredos. Russell mete tantos personajes y elementos a la historia que de verdad sale difícil tratar de encontrar el hilo que conecta todo eso y cómo todo eso lleva a la resolución del entuerto. El mismo director parece perderse en la madeja de todas las cosas que quiere contar, sin saber definir por qué tal cosa debería importar y por qué tal otra no, y la falta de ritmo narrativo, que el relato sea así de plano y no haya algún momento de sobresalto no forzado (ni siquiera un chistecito que anime un poco la cosa) poco hace porque la sensación mejore.

Y si bien es cierto que le pone ganas en trasladar los códigos del cine noir, resultando la apuesta desde el punto de vista estético, falla en rescatar el espíritu del mismo. Si, el protagonista en este tipo de relatos suele ser un tipo más cercano al fracaso que al éxito y al entusiasmo por la vida, al punto de que en verdad queremos decirle “mátate de una vez, maldita sea!!” que se ve involucrado en ese caso, esa situación, en la que termina más metido de lo que quería originalmente y que al término de ella queda replanteándose muchas cosas sobre sí mismo.

De eso hay en Amsterdam, vale, pero nuestros protagonistas son tan planos y poco carismáticos que no sólo no generan identificación con el espectador, sino que a ratos en verdad quieres que les pase una desgracia.

La historia tenía potencial, tienes un elenco plagado de estrellas, presupuesto de millones. Pero te sigue faltando lo principal, Russell: saber contar una historia de modo que la gente quede metida en ella, y pueda retenerla, al menos, hasta que salga del cine.

**

AMSTERDAM

Director: David O’Russell

Intérpretes: Christian Bale; Margot Robbie; John David Washington; Robert De Niro; Chris Rock; Anya Taylor-Joy; Michael Shannon; Zoe Saldanha; Taylor Swift; Mike Myers; Timothy Olyphant; Rami Malek; Alessandro Nivola

Comedia/Suspenso

2022

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partiendo de (doble) cero

Hoy se cumplen quince años desde el estreno de Casino Royale, la cinta que dio inicio a la etapa Daniel Craig dentro de la franquicia de James Bond, 007, película que marcaría un enorme giro dentro de la saga Bond, no sólo en relación al intérprete, sucesor de un Pierce Brosnan que cuatro años antes se había despedido de la franquicia (con la flojita Die Another Day). Hablo de otra tipo de cambio, más allá del estético.

Conversábamos tiempo atrás, a propósito de los sesenta años de historia de James Bond, de lo que diferenciaba la etapa de Daniel Craig (iniciada con Casino…concluida en 2021 con No Time To Die) de las anteriores versiones del personaje iba por un cambio de enfoque. Cierto, el personaje y su tratamiento han cambiado con los años porque los intérpretes no son eternos, y por los propios cambios que el mundo ha experimentado, social, moral y tecnológicamente hablando, en seis décadas. Pero quedarnos en eso a la hora de hablar de la era Craig, es ser muy superficial todavía.

Pero vamos por partes.

El agente del MI6 James Bond (Craig), recién ascendido a la categoría 00 (que le otorga licencia para matar) se encuentra en Madagascar, y mientras persigue a un líder terrorista, descubriendo que éste se encuentra vinculado a Le Chiffre (Mads Mikkelsen) un banquero que, en la clandestinidad, financia operaciones terroristas destinadas a forzar la baja en las acciones de ciertas empresas que después adquiere a un costo mucho menor.

Tras informar sus conclusiones a su jefe en el servicio, M (Judi Dench), y conscientes del genio de Le Chiffre tanto para las finanzas y la especulación, como para el crimen, optan por intentar derrotar al banquero en su propia ley, registrando a Bond en el campeonato de póker que el mismo Le Chiffre organiza en Montenegro. Con la asistencia de Vesper Lynd (Eva Green), agente de tesorería británica que financiará la incorporación de Bond al torneo, ambos parten al lugar del evento, el Casino Royale…

A ver, hasta ahora tenemos varios de los elementos comunes con todas las demás historias de Bond: persecuciones en las que 007 arrasa con todo a su paso poniendo de cabeza a sus superiores; tecnología de punta a su servicio; el Aston Martin; el Martini seco, batido no revuelto; las introducciones visualmente increíbles con un intérprete de moda a cargo del tema principal (You Know My Name, por Chris Cornell, una de las mejores canciones Bond de la historia), las chicas Bond; los enemigos casi invulnerables; escenarios exóticos y/o lujosos; traiciones, intrigas y deslealtades de todo nivel.

¿Dónde está la diferencia? Primero, en que es la primera vez que vemos una suerte de “origen” de James Bond. Poco se nos dice de su pasado, es cierto, pero nos permiten deducir que al menos ha tenido uno. Y que no llegó a ser el principal agente de su oficina por casualidad.

Por otra parte, aunque eso lo iríamos viendo en las siguientes entregas, sería con Craig la primera vez que tendríamos un desarrollo narrativo lineal y progresivo para 007. Ya no se trataba de aventuras aisladas e inconexas entre sí (aunque la etapa de Sean Connery contaba con Blofeld y su organización Spectre como villanos principales, lo cierto es que no había mucho hilo entre estos filmes), sino que todo sería parte de una historia cohesionada donde lo que sucede en cada capítulo incide en los demás.

Eso nos permite, además, conocer un poco más a fondo a James Bond, más allá del eficiente agente secreto, del playboy, del espía más destacado del servicio secreto inglés. Entender mejor sus motivos, lo que lo lleva a hacer lo que hace y a ser como es. Y cómo lo que hace le va a afectando. Un Bond humano y vulnerable, si se quiere, muy acorde con los tiempos: si algo nos enseñó el 11/9 es que los nadie es invulnerable, ni siquiera los héroes. Ahí está Jack Bauer, ahí está el Batman de Nolan, y el Bond de Craig.

Entendido así, la elección de Daniel Craig, resistida en un principio por gran parte del fandom Bond, logró una amplia acogida, así como este trabajo, dirigido por Martin Campbell, quien logra mezclar los elementos clásicos de la fórmula Bond, pero creando un resultado inédito hasta entonces, mezclando lo viejo y lo conocido para crear un producto original.

Así arrancaba hace una década y media el primer James Bond del siglo 21 (pese a que su última película fue en 2002, Brosnan seguía perteneciendo al siglo anterior), y para qué andamos con cosas, mejor comienzo imposible.

****

007: CASINO ROYALE

Director: Martin Campbell

Intérpretes: Daniel Craig; Eva Green; Mads Mikkelsen; Judi Dench; Giancarlo Giannini; Jeffrey Wright

Espionaje

2006

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hay que saber entender el chiste

Cuando chico, me tocó vivir la explosión que fue Michael Jackson y el fenómeno Thriller para la cultura popular. Durante ese 1984, todo el mundo, al menos una vez al día, hablaba de, o escuchaba alguna canción de, o veía alguna imagen de Michael Jackson. Era el tema favorito de la prensa, no sólo de espectáculos, y vi mucha gente sacándose la cresta tratando de replicar el legendario “moonwalk”. Jackson era imitado, seguido, observado por todos…hasta parodiado.

Así me di cuenta no sólo por lo que el Jappening con Ja hizo con Thriller (cameo de Espinita, incluido) sino porque un buen día, un programa de videoclips de la época emitió Eat It, un insólito remake de la canción Beat It, cantada por un flaco, crespo y de bigotes que, con los años, descubrí que se trataba de Weird Al Yankovic, el rey de la canción parodia estadounidense.

Una institución dentro de la escena cómica del país del norte (a lo largo de su fructífera carrera con abundantes discos, especiales de tv y shows en vivo), Yankovic, intérprete de acordeón desde que tuvo uso de razón, hizo del cambio de letras y del videoclip gracioso, un apostolado, que tuvo entre sus víctimas al citado Jackson (al menos dos veces), a Madonna y a Nirvana. Cuentan que durante un evento organizado por MTV, Kurt Cobain se acercó a Yankovic para felicitarlo y agradecerle su parodia Smells Like Nirvana.

Así es como llegamos a Weird: The Al Yankovic Story. Porque, es obvio, una estrella de su jerarquía no puede no tener su biopic. Claro que, hay que decirlo, a su manera. Porque, si bien nos cuenta el origen de Alfred Yankovic (Daniel Radcliffe en una de las grandes actuaciones de su vida) y su conversión en Weird Al, además de su posterior ascenso a la fama, hay que tener claro que es él quien cuenta su historia, y como él la quiere contar.

Y es que si usted ve esta película, y la corta antes de tiempo, es porque simplemente no ha entendido la broma. Porque en una época en que hemos tenido cosas como Bohemian Rhapsody, Rocketman o Elvis, cabría esperar algo similar, vale.

Pero es Weird Al Yankovic!! La leyenda viviente de la parodia!!

Por eso es que no tenemos aquí una biopic estándar. Si, es una autobiografía, pero una autobiografía en clave, muy al estilo de su autor y protagonista. Tal vez exagere algunas cosas, tergiverse otras, mienta derechamente en algunas más…en fin, aquí es donde el espectador tiene que entender que es el protagonista el que está poniendo las reglas del juego y cómo se va a jugar.

Si usted las acepta y las sigue, bien por usted. Se divertirá mucho. Pues, pocas veces la expresión “sinsentido” ha tenido tanto sentido como en este trabajo.

Y es que…¿Realmente pensaban que el mayor exponente de la parodia musical no iba a parodiar su propia vida y a un género cinematográfico completo, si le estaban dando la oportunidad?

***1/2

WEIRD: THE AL YANKOVIC STORY

Director: Eric Appel

Intérpretes: Daniel Radcliffe; Evan Rachel Wood; Rainn Wilson; Jack Black; Lin Manuel Miranda; David Dastmalchian; Julianne Nicholson

Comedia

2022

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estaba mejor lo que no se vió

Alice (Florence Pugh) y Jack Chambers (Harry Styles) son una pareja de recién casados, residentes en la idílica comunidad de Victory, una villa donde mientras los maridos trabajan, las esposas se dedican a los quehaceres domésticos, para luego entregarse a actividades recreativas como tomar clases de baile o llevar a sus niños a tardes de juegos con otros.

Tanta perfección hace sospechar a Alice, creyendo que hay algo que no encaja en toda esta situación. El problema es que su inquietud, que la lleva a investigar por su cuenta al respecto, llama peligrosamente la atención de Frank (Chris Pine), el misterioso líder de la comunidad…

¿Se acuerdan cuando hace un par de meses decíamos que lo mejor de Don’t Worry Darling  sería su making off, pensando en la de conflictos que surgieron entre sus intérpretes y entre éstos y su directora?¿Se acuerdan que lo decíamos como broma? Pues ahora que la vi les tengo una mala noticia: No era broma.

A ver, no es que la segunda incursión de Olivia Wilde como directora sea una mala película. Si lo fuera, no habría llegado hasta el final ni estaría escribiendo esta reseña, especialmente si pensamos que este año ha habido cosas peores. Pero que no sea mala, no quiere decir que no estemos ante un filme irregular, por donde se le mire.

No puedo decir de otra manera ante una cinta con tan buenos elementos (actuaciones principales, fotografía, dirección de arte, banda sonora) tan desaprovechados.

Estamos ante un ejemplo más de ese subgénero de la ciencia ficción acerca de las sociedades utópicas, que no son sino el disfraz de una realidad de pesadilla. Eso que ya ha inspirado películas y series por montones: The Matrix, The Truman Show, The Stepford Wives, 1984, Brazil, mucha de la ciencia ficción pre Star Wars iba por ahí, muchos episodios de The Twilight Zone, Black Mirror o The Handmaiden’s Tale. Realidades alteradas para asegurar el bienestar de unos pocos, hasta que aparece cierto personaje como elegido para destruir esta fachada y liberar a sus víctimas.

Don’t Worry…recoge mucho de eso, y no tardamos en darnos cuenta que Alice (otra gran encarnación de Florence Pugh, uno de los puntos rescatables de la película) es ese personaje elegido.

La idea es buena, pero tiene tantas fallas al materializarse que queda corta. Problemas de ritmo, edición y montaje, juegan en contra para una película que con un poquito de cuidado y orden, podría haber quedado mejor parada.

Son tantas las ideas que se lanzan en pantalla que no todas se desarrollan de manera que sean un aporte. Es más, tanta sobreinformación hace que por ratos dejemos de pensar en la historia principal, para enfocarnos en asuntos que después no tendrán importancia.

Aún así, el espectador con un poco de atención (que es lo que se le termina dando a la película con el correr de los minutos) consigue entender ciertas cosas de importancia para la trama, pero está todo tan junto y revuelto, que queda la sensación de que todo pasa porque así dice el guión, especialmente cuando uno piensa que al fin va a pasar algo importante.

Aunque para ese minuto, ya estamos pensando en muchas otras cosas y el final nos deja con una sensación de “¿Cómo?¿Ya terminó?¿Así?”

Si, nos gustan esas películas que nos desconciertan. Pero no este tipo de desconciertos.

**

DON’T WORRY DARLING

Director: Olivia Wilde

Intérpretes: Florence Pugh; Harry Styles; Chris Pine; Olivia Wilde; Gemma Chan; Nick Kroll

Ciencia ficción.

2022

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a AirBnB no le gustará ésto

Tess Marshall (Georgina Campbell), de paso por Detroit para una entrevista de trabajo, arrienda una casa en las afueras de la ciudad para pasar la noche. Sin embargo, por un inaudito error en la aplicación, se da cuenta que la propiedad ya está ocupada por otro viajero, Keith (Bill Skarsgard), quien ya se ha instalado en ella.

Pese a sus obvias aprehensiones, ante la imposibilidad de encontrar alojamiento a esa hora, y con la buena disposición de Keith, Tess decide quedarse y buscar otro lugar durante la mañana. Sin embargo, nada la había preparado para aquello con que se iba a encontrar en ese domicilio…

Se empieza a ir el 2022 y habrá que empezar a ponerse las pilas con lo que se estrenará las últimas semanas del año.

Hay discusiones bizantinas en las redes, que finalmente no lo son tanto. Una de las más recientes planteaba el más que manoseado tema de la sobreabundancia de películas de superhéroes en la cartelera actual, señalando que no es para tanto, en comparación con las de terror que se estrenan cada temporada.

La verdad es que a este último punto no le falta razón. Lo que pasa es que a los superhéroes, considerando sus costos de producción, de publicidad y su nivel de exposición nos hacen más visibles,  mientras que en el cine de terror, los estrenos anuales superan las dos docenas, fácilmente, y pasan casi inadvertidos ya que no tienen, por lo general, cómo competir con las superproducciones y su nicho es, siendo realistas, mucho más acotado.

Pero tanto en las adaptaciones como en el terror pasa el mismo fenómeno: dentro de varios títulos que son más o menos lo mismo, surge esa obra que sube los bonos, que marca diferencias con el resto, y hace que todo valga la pena. Bueno, este 2022 ya van dos: Black Phone (que ya la repasamos) y ahora Barbarian

Lo que hace que el trabajo del director Zack Gregger funcione muy por encima del promedio de filmes de su género está, en primer lugar, en su capacidad para generar tensión, sobre todo teniendo en cuenta que no tenemos la más mínima idea de que es lo que genera esa tensión, lo que sólo hace que nos pongamos más nerviosos todavía.

Ah, y en cómo nos va dando vuelta la cosa. Porque si nos ponemos en el lugar de Tess, lógico es temer de Keith, el desconocido con quien tendrá que compartir techo, lo que le produce obvias desconfianzas. Hasta que en algún momento vamos a ver que más allá de esos temores, lo que debe asustarla es otra cosa.

Lo cierto es que esta es una historia que en algún momento da la impresión de ir para otros lados, pero así como su director es bastante hábil para mantenernos tensos como dije antes, también lo es para que estas ramificaciones terminen conectando con la historia principal, dándole cierta lógica. Lógica que nos desconcierta, por cierto, pero creo que esa es la idea.

Cuatro millones de dólares de presupuesto, más de diez veces de eso su recaudación, Barbarian nos devuelve la fe en el aforismo de que “menos es más” cuando la idea es buena y la forma de contarla es la correcta. Barbarian es otra señal más de por qué, incluso con la cantidad de filmes de pacotilla que se lanzan al año en su género, el terror seguirá gozando de respeto y buena salud.

***

BARBARIAN

Director: Zack Gregger

Intérpretes: Georgina Campbell; Bill Skarsgard; Justin Long

Terror

2022

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una foto que dice más de lo que se ve

A propósito de aquella imagen que hace poco dio la vuelta al mundo, de la reunión entre Michael J. Fox y Christopher Lloyd (aka Marty McFly y el “Doc” Emmet L. Brown, de la saga Volver al Futuro) en la última New York City ComiCon (no estás llorando, tú estás llorando) le he dado vuelta a una de las imágenes más clásicas de la trilogía: la foto que Marty y Doc se toman junto al reloj del Ayuntamiento de Hillvalley, en 1855,y me puse a pensar en lo que esa imagen significa para la historia.

No sólo porque se trata de un instrumento para medir el tiempo, concepto medular en la serie, sino porque es gracias al rayo que en 1955 cae en su torre, que Marty puede volver a 1985 en la primera película. Pero incluso aún más.

Contexto.

Es una noche de septiembre de 1955 y hay una fiesta en la aún joven ciudad de Hillvalley, a la que Marty y Doc han asistido. Entusiasmados, y sin nada que perder, deciden tomarse una foto junto al reloj, aún nuevo, antes que se instale en la torre. Luego de tomarse el retrato, el Doc comenta que lamentablemente, ninguno de los dos verá la foto revelada. Para ese momento, su plan aún es madrugar, eludir el duelo con Bruford “Perro Rabioso” Tanner (Thomas F. Wilson) y volver a 1985 con el reparado De Lorean, sin saber lo mucho que cambiarán sus planes en las siguientes horas.

Ya casi terminando la película, Marty alcanza a volver a 1985 antes de que un tren destruya el DeLorean. Sabe que el Doc y la profesora Clara  Clayton (Mary Steenburgen) se salvaron de caer al barranco, pero sin saber del destino de ambos. Hasta que una máquina del tiempo con forma de locomotora aparece de la nada: es el Doc! Y viene con Clara, y sus hijos Julio y Verne. Y antes de despedirse entrega a Marty, enmarcada, la foto junto al reloj.

¿Cuál es el valor de esta foto entonces? Marca la despedida de dos amigos que ya pasaron por muchas cosas en muy poco tiempo (recordemos que en rigor, la trilogía parte y termina en el mismo día de 1985), amigos que han madurado y aprendido mucho de si mismos.

Marty ha aprendido a ser más inteligente, responsable y prudente. A ser más grande y mejor que las provocaciones (acuérdense cada vez que le dicen gallina). Eso evita que sufra un accidente automovilístico, y el mediocre futuro que le espera, según la segunda película, fue borrado y puede tener un nuevo comienzo.

Por su lado, Doc, sin dejar de ser lo que es (sino, no habría desarrollado la locomotora del tiempo, a base de vapor), sienta cabeza, forma una familia que se convierte en su prioridad. Y la creación de la locomotora obedece principalmente a eso: volver a 1985 a buscar a su perro Einstein y a despedirse de Marty. Cuando el chico le pregunta a qué época viajará ahora, el científico responde que será el destino que el tiempo diga. Así, cabe concluir que lo que más le importa en la vida, ya lo tiene, y le desea, indirectamente, lo mismo a Marty.

Así se cerraba, al menos en lo fílmico, una de las series más redonditas de todos los tiempos. Cierto, vino luego una serie animada, basada en las aventuras de Julio y Verne, que no estaba nada de mal, y se han publicado abundantes cómics y fan fiction que han expandido el universo BTTF, y que lo han ampliado.

Sólo espero que Hollywood no le ponga la mano encima, si es una historia que cierra tan bien y que no necesitó más para contarse a la perfección. No necesita reinicio, remake o secuela alguna, lo que hay es lo que ves. Y es algo tan bueno, que toda adición cinematográfica está totalmente de más.

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