Es el año 1862. Luego de servir durante la guerra de Crimea, la enfermera Elizabeth “Lib” Wright (Florence Pugh) viaja a un pequeño pueblo irlandés, azotado por la pobreza, para investigar el caso de Anna O’Donnell (Kila Lord Cassidy), una niña de once años que no ha probado bocado en más de cuatro meses, y manteniendo una salud impecable, pese a la falta de apetito.
Para la familia de la chica y otros miembros de la comunidad, esto es una señal de gracia divina, pero Lib, que ha visto demasiadas cosas como para creer en milagros, intuye que el fenómeno se debe a algo mucho más terrenal…
¿Ustedes creen que la pseudociencia es un fenómeno reciente, engendrado por las redes sociales? Se equivocan. La ciencia, en cuanto búsqueda de explicación racional a los fenómenos, ha tenido desde siempre que batallar con toda clase de supercherías a la hora de dar estas explicaciones. Desde los líderes de las grandes ciudades de la antigüedad que tenían a su médico a un lado, y a su vidente al otro, hasta hoy, que estamos infestados de clones de Salfate anunciado lo que los gobiernos nos ocultan.
Una de esas alternativas, aunque les duela a muchos, y parezca contradictorio (soy católico) está en la religión, que especialmente en determinados períodos de la historia ha sido una alternativa demasiado poderosa. Piensen en Galileo, Copérnico o Darwin cuando esbozaron sus teorías.
Por ahí es donde va The Wonder, la más reciente película de uno de nuestros mejores principales embajadores fílmicos a nivel internacional, Sebastián Lelio, a partir de la novela del mismo nombre de Emma Donoghue, quien también coguioniza.
La película, estrenada este mes en Netflix y que ya empieza acumular nominaciones, plantea esta disputa de años entre religión y ciencia, o fe y materialidad, como quieran llamarle, introduciendo algunas ideas dignas de respeto, partiendo por nuestra protagonista, a la cual se le puede atacar desde más de un flanco.
Primero, que la historia sea protagonizada por una mujer de ciencias, en tiempos en que la ciencia aún era un tema tabú para la mujer. En segunda, por representar una opinión minoritaria, al buscar una explicación a la situación de esta niña, más allá de la mera gracia divina en la que el pueblo entero parece creer como un absoluto.
No es tanto, eso sí, lo que recae sobre Elizabeth (aquí sí pues, Florence, aquí si), no es que termine en la hoguera o apedreada en la plaza pública. Su presencia es acogida por la comunidad, aunque con ciertas aprehensiones, claro está, pero no es que se convierta en amenaza pública. Tampoco es ese el leit-motiv de este relato, sino cómo el aferrarse tanto a ciertas convicciones puede comprometer la existencia de una persona.
Lo que la comunidad hace con Anna al considerarla una prueba de fe, al fin y al cabo no es lo mismo que ciertos credos hacen al rechazar las vacunas o transfusiones. Podrán estar muy bien intencionados, no lo ponemos en duda ni Elizabeth ni Lelio ni yo, pero…¿realmente es lo correcto?¿Estamos realmente dispuestos a ofrecer la vida de un inocente a la defensa de un determinado dogma?
Este filme nos deja unas cuantas cosas de qué hablar, pero también el buen manejo de ritmos narrativos por parte de Lelio (la historia se presta para ser una soberana lata y termina viéndose realmente atractiva) una fotografía impecable a cargo de Ari Wegner (no puedes recorrer los paisajes irlandeses sin sacarles provecho), y un trabajo de dirección de arte y diseño de producción sobrecogedor.
***1/2
THE WONDER
Director: Sebastian Lelio
Intérpretes: Florence Pugh; Kila Lord Cassidy; Tom Burke; Toby Jones; Ciaran Hinds
Drama histórico/Suspenso
2022
fretamalt@hotmail.com