Se cumplen esta semana 20 años desde un hito no menor: hace dos décadas, se estrenaba The Matrix en EEUU…y nada volvió a ser lo mismo después de su estreno.
Una de las películas de ese año fundamental que fue 1999 para el cine: un año en que aún no existían las descargas, las películas se demoraban meses en llegar a videoclubes y al cable, el pirateo aún no llegaba a los niveles escandalosos que alcanzaría después y aún no caíamos en la dictadura del blockbuster..todo lo cual permitía que la gran mayoría de películas tuviera su pasada, por breve, en salas. Incluso en aquellos años, que el total de cines en Chile no era la mitad de la cantidad que hay actualmente.
The Matrix se estrenó en el país casi dos meses después pero, y en una época en que internet aún no pensaba ser lo que es ahora, la expectativa generada era gigantesca: la película dirigida por los entonces Hermanos –ahora Hermanas- Wachowski se había convertido en un inesperado éxito de taquilla, dándole la razón al productor Joel Silver, quien apostó por el guión de sus realizadores, y contaba con la aprobación casi unánime de la crítica.
Repasando someramente su argumento (no es la primera vez que hablamos aquí de esta película), nos enfocamos en Thomas Anderson (Keanu Reeves), programador computacional de día, hacker de noche, conocido en las redes como Neo, quien vive intuyendo que nada es lo que parece.
Thomas no tarda en ser reclutado por Morpheus (Lawrence Fishbourne), otro hacker, quien dice tener las respuestas que necesita: efectivamente, la realidad no es la que creemos, sino que una ficción producida por una inteligencia artificial, la Matriz. Tras años de guerra, las máquinas al mando de esta I.A. han subyugado a la población humana, reduciéndola a vivir en capullos, en la que los hombres viven dormidos, en este falso escenario en que los mantiene, ignorantes de la situación.
Morpheus informa al ahora conocido sólo como Neo que, por un lado, una pequeña, pero creciente resistencia, se ha ido formando para enfrentar a las máquinas, y que, por el otro, de acuerdo a una profecía, Neo es el Elegido, el líder que esta resistencia necesita para atestar el golpe definitivo contra la máquina.
Los triunfos cinematográficos y narrativos de The Matrix son innegables. Recogiendo influencias como el mítico filme animado japonés Ghost In The Shell y la lllamada literatura cyberpunk, iniciada por William Gibson, una dosis del cine de acción oriental que ganó popularidad en occidente a mediados de década, principalmente gracias a John Woo, más un toque del universo Blade Runner y el haber repasado novelas gráficas como Los Invisibles, de Grant Morrison (quien en algún minuto denunció que The Matrix era un plagio evidente de su obra), y sacando el máximo provecho a la tecnología de efectos especiales disponible en aquel entonces, e introduciendo enormes innovaciones que serían aprovechadas por otros realizadores después, la cinta de l@s Wachowski fue un golpe durísimo, del cual no fue fácil recuperarse.
Y aunque la tecnología cinematográfica ha crecido exponencialmente los últimos veinte años, The Matrix, una cinta filmada al viejo estilo, con efectos fundamentalmente físicos, no se ve una coma de anacrónica. Por el contrario, hasta le ha hecho ver mejor que en su época de estreno, tanto, que nos hizo ver que, a su lado, Star Wars Episodio I, la película más esperada ese año, era un mero cuento para niños (el problema es que en la práctica, así fue).
Y que se ve cada vez mejor en cada formato en que es relanzada (aunque aún no caigo en la pasta del 4K, pero ya vendrá…)
No vamos a ahondar en la tremenda influencia de la película en la cultura popular y en el inconsciente colectivo, bastando para ello pensar en todas las veces que sus escenas más icónicas han sido replicadas en otros medios, y cuántos de sus conceptos pasaron a formar parte del lenguaje coloquial, sólo porque es algo que se ha comentado hasta el cansancio. Tampoco acerca del grandioso soundtrack de la película, que llegó a ser considerado tan o más fundamental incluso, que el filme al que acompaña.
Aunque no voy a dejar de mencionar la cantidad de lecturas mucho más profundas que se pueden hacer de The Matrix desde el punto de vista filosófico-sociológico, más allá de lo meramente fílmico.
Pensemos en la idea de The Matrix: una comunidad adormecida, inconsciente de su calidad de materia prima, de pila, para mantener un aparato más allá de su alcance. Mientras, vive en una ilusión, una realidad simulada en la que, por costumbre, comodidad o necesidad, la humanidad ha adaptado su existencia a tal escenario.
Al mismo tiempo, los que han descubierto lo que esa realidad es en realidad, y luchan por liberarse de ella, han debido enfrentar una existencia en condiciones muy precarias, subsistiendo a duras penas hasta el otro día hasta que la precariedad de su existencia, o las persecuciones, finalmente les hagan sucumbir.
¿Les suena parecido a algo? Lo dejo a su criterio.
Así también se puede analizar The Matrix desde un punto de vista teológico. Aquí también tenemos unas cuantas lecturas en este orden: un pueblo sometido, un hombre llamado a ser su líder, su salvador, dispuesto a hacer el sacrificio necesario para asegurar la salvación de su pueblo…¿también les suena conocido?
Quizás por eso mismo, esta historia ha sabido sobrevivir al paso del tiempo (y a sus dos desafortunadas secuelas de 2003), manteniéndose totalmente vigente en cuanto a su contenido, e intacta en cuanto a su calidad fílmica. Una, de las tantas que nos dejó ese gran año 1999
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THE MATRIX
Director: Lily & Lana Wachowski
Intérpretes: Keanu Reeves; Lawrence Fishbourne; Carrie Ann Moss; Joe Pantoliano; Hugo Weaving; Gloria Foster.
Ciencia ficción
1999
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