A fines de los ’70, dos amigos del sur de Boston se encuentran en lados opuestos de la justicia.
John Connolly (Joel Edgerton) ha sido ascendido dentro de la oficina local del FBI, mientras que su amigo Jimmy “Whitey” Bulger (Johnny Depp) se ha convertido en uno de los principales jefes de las mafias irlandesas que controlan la ciudad.
Buscando beneficios para sus investigaciones, y por intermedio del hermano de Whitey, un promisorio senador (Benedict Cumberba Connolly ofrece un pacto a Bulger de no agresión, mientras le mantenga informado de las operaciones de otras bandas y no incurra en ilícitos mayores.
Sin embargo, no pasará mucho antes que Bulger saque de ese trato más provecho del que Connolly podía imaginar, quedando su reputación dentro de la oficina entre la espada y la pared…
La carrera como director del estadounidense Scott Cooper, quien hizo de extra, asistente, suche, etc, hasta que en 2009 dio el golpe con el film Crazy Heart, drama sobre la vida de un cantante country sin mucho futuro y que le valió su único Oscar hasta la fecha al gran Jeff Bridges, avanzó un paso gigante con este filme que ya hubiera querido dirigir el Martin Scorsese de las décadas anteriores.
Efectivamente, Pacto Criminal tiene mucho del Scorsese de entonces. Mientras la veía no dejaba de pensar en Calles Peligrosas, Buenos Muchachos y Los Infiltrados. Partamos de la base de que se tratan de lo mismo: ese crimen organizado de menor escala comparado con las mafias ítaloamericanas o el narcotráfico mexicano o colombiano, pero que no por ser menos influyente o relevante no quiere decir que no exista.
Pero más allá de las referencias, de las citas y de las influencias claras, Pacto Criminal es más que eso: es un filme autónomo, independiente, que se vale de sí mismo, al punto de que, a título personal, ya me parece una de las películas imprescindibles del año. Si no dentro de las 5, al menos dentro de las 10.
Cooper arma con precisión esta historia sobre la base de dos argumentos paralelos.
Por una parte, la situación en la que se encuentra Connolly. Creyendo que esto le asegurará ascender en la institución a la que pertenece, y confiando ciegamente en quien menos debió hacerlo, toma una decisión que le terminará costando más caro de lo que jamás pensó.
Por otra, la visión que tiene la otra parte de este acuerdo, el criminal que claramente no comparte las buenas intenciones ni la buena fe de su amigo, y que verá que este pacto de no agresión como una manga ancha para hacer todo lo que se le plazca, sin temor a ser objeto de represalia.
Scott Cooper, pese a que recién está en su tercer filme, demuestra con creces sus capacidades para contar una historia basada en hechos reales, sin que una parte de ella se coma a la otra. Perfectamente equilibradas, las dos mitades de este cuento hacen un todo armonioso que funciona y se entiende a cabalidad.
Por otro lado, el personaje de Whitey Bulger también tiene mucho de esos personajes que eran habituales en la filmografía de Scorsese: seres amorales, ambiciosos, sin escrúpulos ni empatía alguna por el prójimo. A Bulger le da lo mismo a quien tenga que matar, las vidas que tenga que arruinar o a quien tenga que mandar al carajo.
Cooper consigue que odiemos a Connolly, por su ingenuidad, y a la vez a Bulger, por su nulo respeto por la vida ajena.
Y aquí llegamos al punto que más se ha comentado respecto a Pacto Criminal: para todos aquellos que han puteado, garabateado, ninguneado y trapeado el piso con la carrera de Johnny Depp la última década…tomen todo lo que han vomitado al respecto, háganse una pelota con eso…y cománsela.
Se los concedo, Depp ha abusado del estereotipo de Jack Sparrow y de la imaginería adquirida de Tim Burton por prácticamente una década. Pero de ahí a andar negando su innegable talento y sus gigantescas potencialidades histriónicas. Eso sí que no.
Les recuerdo que entre medio también encarnó soberanamente bien a John Dillinger, bajo la batuta de Michael Mann, y ahora, irreconocible, se despacha una de las grandes actuaciones del año.
Si, el mismo que ha pasado la última década vestido de pirata (cada vez menos) graciosillo, aquí se convierte en un frío tipo que no tiene problemas en estrangular al prójimo sin arrugarse siquiera, y que lo tiene ya en la mira de la Academia (lo que hablaría aún mejor no sólo de Depp sino también del talento de Cooper como director de actores).
Sorpresa que llegó sin mucho bombo a las carteleras y que consiguió hacerse un espacio en la opinión pública. Pero de esas sorpresas gratas con las que uno siempre está contento de encontrarse.
***3/4
BLACK MASS
Director: Scott Cooper
Intérpretes: Johnny Depp, Joel Edgerton; Benedict Cumberbatch; Dakota Johnson; Kevin Bacon; Peter Saasgard; Juno Temple.
2015
fretamalt@hotmail.com @panchocinepata
ocho mas…y serán mil…me tiene preocupado, que quieren que les diga?