adiós al rey

MICHAEL JACKSON

1958-2009

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cara de fierro

Hay que ser muy caradura. O de fierro. En entrevistas concedidas a propósito del estreno de Transformers 2 La Venganza de los Caídos, su director Michael Bay se mandó un par de declaraciones para el bronce. En primera, refiriéndose a su inseguridad para «dirigir» una tercera parte de la serie:

 

 «Es fácil ir y rodar una película de arte en un viñedo en el Sur de Francia. Pero la gente no tiene idea lo difícil que es crear algo como Transformers»

 Gran frase. Yo pensaba que era sentarse a crear CGIs, pintarlos, ponerlos a pelear, conseguirse una chica guapa y fabricar muchas explosiones. El argumento da lo mismo, lo importante es que todo termine con una gran explosión. Pero no, hacer una película con personajes que solo expresen sentimientos es sencillito. Por cada Bay hay además un Schumacher, un McG, un Uwe Boll, pero Haneke, Eastwood, Allen, hay uno solo de cada uno, asi que no tienen que competir con nadie. Si, claro.

Y hace un par de días, el mismo Bay reclamaba por la poca publicidad que se le ha dado a Revenge of the fallen, por la poca prensa que han habido al respecto. ¿¿¿QUEEE¿????¿BAY VIVE EN EL MISMO PLANETA?

 

 Aunque de chico me gustaban los Transformers y me partió el alma saber que nunca en mi vida tendría a Optimus Prime (que iba a saber yo que 20 años después resurgiría la posibilidad? a un precio abusivo que me haría entender por qué) la verdad me motiva bien poco ir a verla a un cine. La terminaré por ver, de todos modos, pero no al cine al menos (lo antes posible, una lista de mis razones para no ver T-ROTF en cine) ¿Qué? ¿Esta declaración viene del mismo freak que disfrutó con Watchmen y Star Trek, y endiosó The Dark Knight? Si, y entre esos títulos y cualquiera de Michael Bay hay una diferencia sustancial: en los citados aún importa el diálogo, el argumento, o por último los personajes, mientras que en el cine de Bay todo ello está supeditado a la cantidad de explosiones por minuto. Y sé también que un filme de Transformers sólo se aprecia en plenitud en pantalla gigante.

Pero después de leer este tipo de declaraciones, decidí no ver esta película pagando el precio de una entrada al menos. Esperaré su versión emule. O rapidshare. O megaupload. O mejor, al dealer cunetero que la facilite a bajo precio. Le va a doler más a Bay que a mi.

Para el que quiera correr el riesgo, Transformers La Venganza de Los Caídos ya se estrenó en Chile.

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Inteligencia emocional

Leí una vez que el cine independiente, de independiente ya no tiene nada y no es más que la etiqueta para englobar aquellas cintas que de otra forma no podría describirse de que se trata. Y así como el cine latinoamericano con pretensiones artísticas se llega a hablar de una moral Rotterdam el cine no hollywoodense yanqui parece haberse contagiado de una especie de moral Sundance: protagonista depre, familias disfuncionales o distanciadas, entorno intelectual, o al menospueblo chico del interior, normalmente invernal, que descubre desde fuera la fuerza interior para salvar su propia vida, mucha guitarra acústica (pero tipo Play fm y no tipo Herrera o Plaza, menos mal), . ¿Quieres hacerte un espacio en festivales yanquis? Pues ojalá y hayas tomado nota de lo anterior.

Sin embargo, a veces salen cintas que con estos ingredientes resultan, y bien. Garden State, Juno, Lonesome Jim. Y se agradece

Es el caso de Smart People, cinta de 2008 dirigida por Noam Munrro, que narra la historia de Lawrence Wetherhold(Dennis Quaid) un profesor de literatura de Pittsburgh, arrogante, antipático y de nula llegada con su alumnado, especialmente luego de enviudar. Tiene dos hijos, James (Ashton Holmes) que vive en el dormitorio del mismo campus, huyendo de la frialdad paterna, y Vanessa(Ellen Page, que le arregla el día a cualquiera) tan fría como él, que vive en función de sacarse buenas notas…aunque su padre no lo sepa.

Lawrence, que está postulando a una jefatura de departamento y busca una editorial que publique un manual literario que acaba de terminar, verá su metódico y estricto mundo dado vueltas por dos hechos puntuales. Primero, la inesperada aparición de su medio hermano Chuck (Thomas Haden Church), un perdedorísimo a quien se ve obligado a recibir porque este no tiene donde caerse muerto. Segundo, tras un accidentado intento de retirar su auto de un depósito municipal, conoce a Janet(Sarah Jessica Parker, demostrando que es más, MUCHO más y mejor que Carrie Bradshaw) médico residente que alguna vez fue alumna suya en un taller.

Y si bien Chuck es un desastre y Janet una mente demasiado abierta para ser una persona de ciencia, en opinión de Lawrence, resulta que tienen más claras algunas nociones acerca de la condición humana que él.

Lo típico, que vale más? lo emocional? lo racional? el equilibrio? Con todo lo que este filme pueda tener en su contra (seguir al pie de la letra el canon del cine indie actual) no es menos cierto que la cosa anda bastante bien. Y deja planteada la discusión en el aire, lo cual nunca es poco aporte.

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el tata volador

En su más tierna infancia, el solitario niño Carl Fredricksen vivía pendiente de las aventuras del explorador Charles Muntz, y es asi como conoce a otra niña de su edad, Ellie, más impulsiva, con quien compartirá algo más que el deseo de aventura.

Setenta años después, Carl sigue siendo un solitario, pero las demás cosas han cambiado: su mujer Ellie ha fallecido hace no mucho, su antiguo barrio ha dado paso a enormes proyectos inmobiliarios y su quehacer diario se reduce a sentarse en el sillón de su jardín a ver como lo que conocía ya no existe. De repente recibe visitas ocasionales como la de Russell, un hiperkinetico y gordo boyscout que habla sin parar y que necesita una última medalla para ser ascendido en el escalafón de su patrulla.

Cansado de vivir de recuerdos que no volverán, de las presiones de las constructoras para abandonar su casa, y de recibir correspondencia de casas de retiro, Carl decide cumplir el sueño de su difunta esposa, amarra miles de globos a helio que solía vender en parques a la base de su antigua casa, convirtiendo esta en un muy original dirigible, y fija rumbo a Cataratas del Paraíso, en pleno Amazonas. Cuando ya ha recorrido un trecho considerable, descubre un inesperado polizón en Russell, quien estaba en la entrada de la casa al iniciarse la travesía…

Tercer año seguido que un filme Pixar se anota entre lo mejor del año, y no creo que sea casualidad. Y al igual que con Ratatouille y Wall-E, Up tiene toda la emotividad, inteligencia, simpatía carentes en la gran mayoría de producciones hollywoodenses (y de otras latitudes también) de la actualidad.

Y eso que parte de una premisa difícil para un público familiar, malacostumbrado a historias simples de niños con mascotas simpáticas o teenagers bailarines: un anciano solitario y parco (Carl bien podría ser un clon animado del Walt Kowalski de Gran Torino, que casualidad, otra de las grandes películas de esta temporada) en compañía de un mocoso tan abandonado como él. Esta premisa sólo podría desembocar de dos formas: en un melodrama cebollero de aquellos que proliferan en la programación del Hallmark Channel…o en una muy buena historia si se sabe contar.

Y en Pixar, ignoro como lo hacen (y como a los magos no se les pide que revelen sus trucos para no perder el chiste, tampoco quiero que me lo digan), pero consiguen narrar esta historia en la suya: creando personajes que tengan una fuerte llegada con el espectador, mayor o menor de edad, de modo que el observador sea capaz de sentir la historia que está viendo como la suya propia. No exagero si digo que vi adultos visiblemente emocionados durante y a la salida de la película. Ese tipo de emoción que no se deja ver muy seguido en el cine actual. La delicadeza y cariño puesta al servicio de un buen guión, de una buena historia y de personajes entrañables (el que siga creyendo que Roberto Benigni en La vida es bella y sus posteriores autoplagios es un personaje entrañable, tírese a un río) transmite una genuina sensación de estar frente a una epopeya única y grandiosa.

Altamente recomendable, podría decirse que la frase de Buzz Lightyear, el juguete astronauta de Toy Story, filme que puso a Pixar en el mapa, refleja mejor que cualquier otra cosa el principio que mueve a este estudio: Al infinito y más allá. Y tras ver filmes como Up uno solo puede estar de acuerdo con él.

****

UP (Una Aventura de Altura)

Director y guionista:Pete Docter, Bob Peterson.

Voces en inglés de Ed Asner(Carl); Christopher Plummer(Charles Muntz);Jordan Nagai(Russell)

Animación

2009

A propósito de Buzz Lightyear, antes del filme aparece el primer teaser trailer de Toy Story 3, para el año próximo. The Toys are Back in Town. Great!

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(de aqui en más, aplico el viejo sistema de calificación en estrellas, mínimo 1 (*) maximo 5 (*****) razones prácticas, nada más)

 

paternales

por alguna razón, el tema de la paternidad se ha vuelto recurrente en el cine. Más que la maternidad. Ignoro el motivo, pero mientras la maternidad aparece retratada en uno o más arquetipos definidos (las madres del cine pueden ser consejeras, sobreprotectoras, dominantes) el rol de padre, salvo excepciones, responde al patrón del tipo que no nació sabiendo, que aprende a ser padre sobre la marcha, que comete errores y que espera no cometer los mismos errores de su propio padre, en fin. Todo un lío. Y ha dado para todo: comedias, dramas, tragedias, en fin. Como dije, un tema recurrente, y como se viene el dia del padre, algunos ejemplos de paternidad en el cine.

ANAKIN SKYWALKER/DARTH VADER (Hayden Christensen; David Prowse/James Earl Jones; Sebastian Shaw.Star Wars,1977-2005)

No tuvo padre conocido. No supo que sus hijos efectivamente sobrevivieron sino hasta un par de décadas después. Confundido ante la paternidad que se le avecina, cede al lado oscuro y convierte su vida en tragedia, de la que será su propio hijo quien lo salve con posterioridad. Toda la saga SW (los seis episodios y las tres series animadas relacionadas) giran en torno a su persona.

EDWARD BLOOM (Ewan McGregor/Albert Finney; Gran Pez;2003)

Tu hijo te agarra mala, te considera un mentiroso, un florero y un pintamonos. Lo triste del asunto es que nunca ha querido escuchar tus explicaciones y tú no has sabido dárselas. Porque de otro modo entendería que esa manía tuya de…. «adornar» la realidad obedecía a una buena intención, el hacer más llevadera y emocionante una existencia que de otro modo sería plano y fome. Pero confías que cuando esté en tu lugar lo entenderá. Gran pez, gran personaje, gran película.

VITTO CORLEONE (Marlon Brando/Robert De Niro; El Padrino;1972-1974)

La familia es la familia. Y por mucho que seas el líder de la organización criminal más poderosa de su tiempo, eso no te impide ni excusa de cumplir tus obligaciones filiales: formar a tus hijos en un, digamos, buen ambiente. Educarlos, prepararlos para el mundo en que les tocará vivir. Y de ser necesario, seguir tus pasos. Tu hijo podrá seguir tus pasos…pero podrá vivir sin tu sombra encima?

WILL (Hugh Grant, Un gran chico,2002)

Vale, Will no es padre, no le interesa serlo y solo juega a que lo es para conquistar madres solteras.Hasta que cierto día conoce a Marcus, un colegial perdedor, que necesita imperiosamente una guía antes de convertirse en el hazmerreir definitivo de su generación. Y Will aprende que a lo mejor no es tan malo ser o parecer responsable. Otro notable personaje creado por ese gurú en que se ha convertido Nick Hornby. De paso, enamora a Rachel Weisz ¿qué mejor?

GAZ (Robert Carlyle, The Full Monty,1997)

¿Qué hace que un hombre solitario, desempleado, sin futuro posible, divorciado en mala, en la ruina, tocando fondo y, en sintesis, ni un brillo, termine convertido en stripper? Simplemente el intentar ser un buen padre. Y alguien que llega al extremo de bailar en su malogrado traje de Adán ante sus vecinos para mantener a su hijo, es porque debe serlo.

IVAN TRAVALIAN (Al Pacino, El Autor a.k.a. Que buena madre es mi padre,1981).

Ivan es un dramaturgo que pasó hace rato su etapa más interesante y que necesita imperiosamente poner en las tablas su nueva obra, aunque su pluma ya no sea la misma ni tenga esa capacidad para hacer frente a las presiones de su productor que tenía antes. ¿La razón? Mantener a sus seis hijos. Lo que hace tragicómico el asunto, es que cinco de ellos son de su ex mujer con sus anteriores ex maridos. ¿Cómo conciliar los quehaceres familiares con la sequía creativa? Al Pacino, en uno de sus pocos roles cómicos, pero uno de los mejores y más olvidados, lo aprende.

CHRIS GARDNER (Will Smith, En busca de la felicidad,2006)

Perdiste todo tu capital en un negocio que nunca resultó. Tu mujer te abandona por fracasado. Tu cuenta corriente se va al suelo. Tu prestigio desaparece. ¿Pero por qué sigues luchando? Porque está tu hijo al lado tuyo y te recuerda que no puedes dejar de luchar. Inspirada en un caso real, esta es por lejos la mejor actuación de Will Smith en su vida, con la que le perdonamos porquerias como Hancock.

FLETCHER REED (Jim Carrey, Mentiroso mentiroso,1997)

Porque a veces no es el padre el que le enseña a sus hijos, sino al revés. El abogado Fletcher Reed juega a ganador en su profesión, basado principalmente en su enorme arsenal de mentiras y excusas…pero está a punto de perder el cariño, la confianza y el respeto de su hijo pequeño. Y ya sabe lo que tiene que hacer para evitarlo…

MARLIN (Voz de Albert Brooks, Buscando a Nemo,2003)

Otro que aprende de sus errores a las malas. Tras rescatar a su bebé Nemo, de las garras de un tiburón que devoró a todos sus demás descendientes, Marlin hará todo lo que pueda para evitar que su crío corra riesgo alguno. Pero mucha miel hostiga y Nemo cae en la rebeldía, lo que desencandena una tragedia de proporciones, la mayor aventura de sus vidas y el hecho que hará que Marlin deje de ser un padre sobreprotector…y se convierta en un padre a secas. Como siempre, un filme animado de Pixar reventando a PLR al resto de la cartelera.

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400 por 50

50 años han pasado desde que Antoine Doniel (Jean Pierre Leaud), iniciase sus correrías por París y sus alrededores. 50 años desde que este adolescente de bajo rendimiento escolar, poca disciplina, hijo de un padre casi invisible y de una madre que lo odia sin razón aparente, diera vueltas por cualquier lugar de Francia en un tour que se extendió por otras cinco películas (Besos Robados y Domicilio Conyugal entre otras).

50 años desde que Francois Truffaut, director de esta película, y junto a otros colegas suyos como Claude Chabrol, Jean-Luc Godard y Eric Romher (y guiados por su ex jefe en el Cahiers Du Cinema, Andre Bazin), se sacudieran de la omnipresencia, la pompa y la parafernalia hollywoodense y, cámara en mano, salieron a registrar su visión del mundo.

Los 400 golpes no sólo marca el debut de uno de los directores más influyentes de su tiempo (el otro es Hitchcock, a quien Truffaut admiraba una enormidad), sino también el principio del movimiento de la Nouvelle Vague, donde lejos de las superproducciones millonarias venidas de América, sin mucho dinero, pero si mucha energía y vitalidad, este puñado de directores franceses demostraban que las pequeñas historias de hijos de vecino podían derivar en grandes películas (en paralelo, surgía el neorrealismo italiano, movimiento con el que comparte más de un concepto y que marcaron la pauta cinematográfica de entonces)

Fue estrenada el 4 de mayo de 1959 en el festival de Cannes y el 3 de junio del mismo año fue su estreno en las salas parisinas.

50 años de darse estos 400 Golpes, y sigue siendo tan influyente, enérgica y fresca como al principio.

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PD: A propósito de un par de lelos que ayer dejó un lote de mensajes bien mamones en este blog, les aviso que estos fueron borrados. Este es un sitio que modestamente aspira a convertirse en un espacio para hablar de cine, tv y sus derivados, no un chat o una pantalla para SMS.No pierdan su tiempo ni me hagan perder el mio.

This is a site to talk about movies, tv shows and related topics, not a chat or a sms board. Yesterday I had to delete messages of that kind. And I will delete that again if is necessary. Don’t loss your time and don’t make loss my time.

 

10 momentos que hicieron (big)bang!

Recién terminada la segunda temporada de The Big Bang Theory, mi actual serie favorita, y con la tercera ya confirmada (estaba bueno ya, hace unos dias se anunció el fin de una cantidad considerable de series, algunas importantísimas), y para celebrarlo, me tomo la osadía de reproducir este recuento publicado hace unos meses atrás en zona.cl. Comillas:

Si algo me ha enseñado The Big Bang Theory, es a apreciar el método científico para realizar una investigación. De modo que a la hora de elegir los 10 mejores momentos de la serie, me fui a Messenger, Facebook y Twitter. Incluso hablé cara a cara con amigos y conocidos para hacer un sondeo sobre sus escenas favoritas del programa. Esto no es un absoluto ni una lista definitiva, sino que un «work in progress» que ustedes pueden completar con sus propios favoritos, ¿vale? Ahora, pongan play.
Por Alejandro Lecaros.

Pasa en la vida real. Los testigos de nuestros capítulos más dementes, divertidos, trágicos y emocionantes, son ese grupo de personas a las que uno considera sus amigos, las personas con las que uno construye esa serie de recuerdos a la que llamamos vida.
Eso pasa con las buenas series de amigos. Con Seinfeld, Friends o Big Bang Theory uno se hace uno más del grupo, gana nuevos amigos que, por lo general, también pasan a convertirse en amigos de tus amigos. Por eso uno vive, revive y comenta los episodios de esas series, al igual que revisa en Facebook los capítulos de su sitcom personal.
Para hacerse amigo de Leonard, Sheldon, Howard y Rajesh no hay que ser estudiante del MIT, ver maratones de ciencia ficción, jugar

 

Halo 3en línea o discutir teoremas matemáticos. Tampoco resulta necesario para entender sus chistes y reírse de este grupo de orgullosos «nerds»,

con nulas capacidades sociales más allá de sus contactos en MySpace.
Ya sea que te guste mucho el fútbol, la música, el cine -o lo que sea-, todos compartimos con nuestros amigos alguna cuota de frikerío por algún tema. Por eso todos podemos reírnos con la mejor comedia del cable, The Big Bang Theory –grandes personajes, grandes actuaciones, muy buenos guiones-, de la cual elegimos sus mejores diez momentos a continuación:

10.- Dirty talk: Tampones

Episodio 11: Haciendo gala de su absoluta falta de tacto y habilidad social, Sheldon trata de convencer a Penny de que compre sus tampones al por mayor. Y lo hace sacando un montón de cálculos, para demostrar que si lo hace Penny ahorraría un montón de dinero.

-Piénsalo, es un producto que no se echa a perder y que vas a necesitar al menos por los próximos 30 años»

-¿Quieres que compre tampones para los próximos 30 años?

-Bueno, 30-35 años… ¿Cuándo le llegó la menopausia a tu mamá?

9.- Orcos versus Ganesh

 

 

Episodio 5: Los cuatro protagonistas van a comer hamburguesas, pero se ponen a discutir los resultados de batallas hipotéticas entre orcos, ejércitos de la guerra civil estadounidense, Superman y los dioses indios Ganesh y Shiva.
Todo moviendo botellas de ketchup, salsas y mostaza sobre la mesa-tablero, mientras la mesera espera el pedido.

8.- Sheldon mandarín

Episodio 17: El neurótico Sheldon intenta aprender chino mandarín con Howard y pone sus conocimientos a prueba en un restaurant chino. «Your monkey sleeps inside of me»…

7.- Noche de Halo 3

Episodio 7: El videojuego más vendido del 2007 es una adicción. Inmersos en plena dosis, el grupo recibe la visita de Penny y sus amigas que llegan a hacerles una oferta que ningún hombre en sus cabales rechazaría.

6.- La máquina del tiempo
Episodio 14: Este capítulo en que Leonard compra por eBay una reproducción de la máquina del tiempo (usada en la película homónima de los años 60), es un clásico moderno.

5.- La ciencia de Superman
Episodio 2: Cómo perder la atención de una chica linda. Si en las películas de Kevin Smith sus personajes discuten de los problemas logísticos de Superman y Lois Lane para consumar su relación amorosa, Sheldon habla de los errores científicos de Superman 1:
-¿Te das cuenta que esa escena está plagada de inexactitudes científicas?
-Sí, sé que los hombres no pueden volar.
-No, asumamos que pudieran. Lois Lane está cayendo desde un helicóptero con un índice de aceleración de 10 metros por segundo. Superman vuela hacia ella para salvarla, extiende sus brazos de acero. La señorita Lane, que está cayendo a 200 km por hora aproximadamente, choca con ellos y es inmediatamente cortada en tres partes iguales…. Francamente, si él la amara la hubiera dejado estrellarse en el pavimento. Habría sido una muerte más piadosa.

 

4.- ¿Te da miedo hablar con chicas?

 

 

Episodio 15: Otro clásico. Los freaks quedan vueltos locos cuando conocen a la sexy y guapa hermana melliza de Sheldon.
Un excelente capítulo gracias al frustrado lado «Quagmire»

de Howard Wolowitz y la timidez patológica de Rajesh, quien se ofrece como conejillo de indias para una nueva droga que lo ayudará a superar su problema. Una que falla en el peor momento.

3.- ¡I’m the sword master!

 

 

Episodio 3: Amistad, codicia y traición son los ingredientes que conforman una noche de juegos de capa y espada, entre Leonard, Sheldon, Rajesh y Howard.
Lo mejor es que no hace falta haberse conectado en línea a matar duendes, para reírse de un tipo parado con su notebook en la mano gritando «¡Soy el maestro de la espada!».

2.- Carrete de Halloween
Episodio 6: La fiesta de disfraces de Penny. Y los cuatro quieren ser Flash, el superhéroe más veloz del mundo. Curiosamente ha habido cuatro Flashes diferentes en los cómics. ¿Coincidencia o guiño sólo para ñoños?

1.- 2007: Odisea en el Ciberespacio

Episodio 9: ¿Quién no lo ha intentado en casa? Los muchachos realizan una proeza tecnológica enviando una señal a través de Internet para encender una lámpara del departamento, todo al ritmo de «Así Habló Zaratustra» del alemán Richard Strauss, famosa por ser, ya saben, la canción de «2001: Odisea en el Espacio».

 

 

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carpe diem? mejor let’s rock!!

Soy un convencido que un personaje flojo y cercano al analfabetismo como Dewey Finn, de Escuela de Rock consigue impregnar en sus alumnos ideas de libertad, creatividad y confianza en si mismos de un modo mucho más eficaz y confiable que el letrado pero cursi John Keating de La Sociedad de Los Poetas Muertos. Y que Jack Black, en la comedia (pero que resulta mucho más que eso) dirigida por Richard Linklater deja a Robin Williams como lo que es: un bobalicón de discurso fácil y bonito, pero pusilánime asesinable al fin y al cabo.
Donde Keating proclamaba el libre pensamiento, Finn simplemente vive el día.
Donde Keating al final agacha el moño y se va con el rabo entre las piernas, Dewey Finn termina por salirse con la suya.
Donde La Sociedad de los Poetas Muertos es un filme sobrevalorado, manipulador, simplón y de moral tarjeta Village, Escuela de Rock aparenta ser una comedia «con niños» de las que salen año tras año pero que deja un más que grato sabor de boca y unas cuantas cosas en que pensar.
Donde Robin Williams como gran cosa se subía a un pupitre para que sus alumnos escribieran cursilerías, Jack Black desordena la sala entera para que los suyos aprendan a sacudir cabezas, sus propias vidas y de paso al mundo al ritmo de un buen solo de guitarras.
Acabo de ver una vez más Escuela de Rock y a la vez, en forma instintiva, las diferencias entre ambos filmes. Y creo que ya puedo decir quien aprovechó mejor el día.

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lo cool de ser muggle 2

que le vamos a hacer…insisto que Emma Watson la lleva en el mundo de las estrella sub20…ý pesao…pero dejemos que se defienda por si misma:

 

 

 

debe ser el primer posteo en mas de un año que hago exclusivamente de fotos…pero creo que valió la pena no?

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de tal padre, tal hijo

La primera vez que Jesse Gilmour vio la película Los cuatrocientos golpes junto a su padre terminó bostezando y entregando el siguiente juicio: «¿Un poco aburrida, eh?». Tres años y 247 páginas después el muchacho sabía con gran exactitud varios detalles valiosos del mundo del cine. Por ejemplo, que el director de fotografía del cineasta Ingmar Bergman era Sven Nykvist, que Marlon Brando viajó especialmente a casa de Tennessee Williams para actuar en Un tranvía llamado deseo y que el filme Annie Hall de Woody Allen ocupa un lugar primordial en su corazón de adolescente enamoradizo. Pero sobre todo Jesse maduró emocionalmente, pudo enfrentar con cierta prestancia a las chicas y, antes que nada, ser menos amargado.

Durante todo el arco cronológico del libro Cineclub (2008) se ve el ilustramiento de Jesse, un joven que a los 15 años coqueteaba demasiado con las drogas y las malas calificaciones y que tras una decisión radical de su padre terminó convertido en alguien con hambre de conocimiento artístico. Tal trayectoria educativa es descrita por estas crónicas a modo de memorias paterno-filiales del crítico de cine y novelista canadiense David Gilmour. Publicado recientemente en Chile, el volumen viene precedido de gran aceptación en Norteamérica, con elogios que van desde el escritor estadounidense Richard Russo («Muy sabio en lo que se refiere a padres e hijos, películas y cinéfilos, amor y pérdida») a las páginas de The New York Times, donde el cineasta Douglas McGrath (Emma, Infame) dijo sentir «admiración por el nivel literario de Gilmour, gran empatía hacia la lucha por su hijo y compromiso con su historia».

«No sé cómo será en Chile, pero en Canadá un muchacho se puede retirar de la educación secundaria a los 15 años y luego entrar a la universidad si lo quiere. No son obligatorios los últimos dos años», explica Gilmour desde su hogar en Toronto. El ejemplo de su retoño es la prueba fehaciente de esta norma que a veces funciona, con el joven Gilmour como un flamante egresado de Literatura de la Universidad de Toronto. «El chico luego se fue a estudiar cine y hace una semana terminó su primer cortometraje. Es algo realmente increíble», comenta este hombre de 60 años.

Hace un par de años Gilmour, que además es novelista, se encontraba en un círculo vicioso creativo, sin saber realmente cómo continuar su vida creativa. En ese momento su hijo le dio, según él, uno de los mejores consejos de su vida. «Jess me dijo que era muy simple, que escribiera sobre aquellos tres años que pasamos juntos viendo películas. Telefoneé a mi agente, quien a los 20 minutos me devolvió el llamado y me dijo que me había encontrado una editorial. Ahora el libro ya está publicado en 15 idiomas y se vende muy bien», dice Gilmour.

 

Pero, ¿cuáles fueron las razones de este hombre para retirar a su muchacho del colegio y darle una poco ortodoxa educación consistente en películas?: «Era un mal estudiante. Pero lo peor de todo es que no era feliz, realmente el colegio no le gustaba, era un tormento para el chico. Tampoco iba a aprender ahí y yo finalmente lo iba a perder. Así es que le dije que se saliera». A cambio, Jesse debería ver tres películas escogidas por su padre a la semana y dejar las drogas. El muchacho dijo en el el acto que sí.

En el volumen se mezclan la educación sentimental y la instrucción cinéfila de Jesse, quien en algún pasaje del libro cita las historias en los bares neoyorquinos del protagonista de Calles peligrosas (1973) de Scorsese para explicar sus andanzas nocturnas. Y el propio padre encuentra ecos del cine en las respuestas que su hijo le da, como cuando rechaza su invitación a ver una película extra en casa y Jesse le explica «No viejo, hoy no es tu noche». Es lo mismo que el personaje de Rod Steiger le dice a Marlon Brando en Nido de ratas justificando su derrota en un combate de boxeo.

Pero no todo lo que el adolescente observa es cine de alta calidad. La razón es que según David Gilmour todas las películas sirven para aprender algo en la vida. «Traté de elegir las películas que me gustan o que me atrajeron en algún momento a pesar de que quizás ahora perdieron su encanto o son simplemente basura o estúpidas. En este último lote están por ejemplo Showgirls (1995), una porquería que es un auténtico placer idiota, Rocky III (1982) o Alerta máxima, (1992) con Steven Seagal. Tampoco quería que mi muchacho se aburrriera como en el colegio, mostrándole sólo cine arte. Aún así vimos 360 filmes, así es que había de todo, con El padrino, Ciudadano Kane y todas las canónicas incluidas», cuenta el autor y ex crítico de cine de la estación televisiva CBC, quien además explica que este tipo de clases a domicilio no podrían haber sido hechas con libros o visitas a museos. «Hacerlo leer hubiera sido un desastre, se habría aburrido, como en el colegio. Tenía que ser algo que lo motivara de alguna manera», explica.

Sin falsos didactismos en mente, Gilmour afirma que lo suyo bien puede ser un caso aislado y en ningún caso una receta. «A algunos les gusta el colegio y a otros no», enfatiza. Su hijo por lo menos le dejó grandes recuerdos en aquellos años, como cuando solía ver una y otra vez películas de Woody Allen, darle una segunda oportunidad a Los cuatrocientos golpes o identificarse con Marlon Brando en El último tango en París.

 

latercera.com

por fin, POR FIN!! se publicó en español este libro que esperaba desde que supe de su existencia, hace poco menos de un año atrás, y me dije de inmediato que tenía que llegar a mis manos. Que solo estuviese disponible via amazon me desmotivaba, pero ya está (o lo estará en los próximos días al menos) en librerías via Mondadori. Acaba de pasar al primer lugar de mi lista de necesidades urgentes. Y tengo la impresión que bien podría pasar a mi ranking de libros imprescindibles.

Cineclub (The Film Club) por David Gilmour, ya figura en los catálogos On Line de librerías Antártica-Manantial y Feria Chilena del Libro. Precio referencia $11.000.-

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