una cuestion de obsesiones

El destino juega de maneras misteriosas. Aunque de vez en cuando, lo hace a nuestro favor.

Aunque no está en mi top 5 (ni siquiera en el top 10) de mis películas favoritas de la vida, el destino se ha encargado de reencontrarme con El Secreto De Sus Ojos, la excelente película del argentino Juan José Campanella, basada en la novela del mismo nombre de Eduardo Sacheri y ganadora del Oscar 2009 a la Mejor Película Extranjera, más de una vez.

Fue en mis recientes vacaciones en Puerto Varas. Visitando la excelente Librería McKay (si andan por la ciudad, visítenla, les va a gustar) donde me fui a encontrar con la novela, que si bien se publicó en Chile en su oportunidad, nunca la tuve en mis manos. No iba a cometer la misma negligencia de nuevo.

Sobre todo luego de ver el remake hollywoodense de la película, estrenado el año pasado (malo no era, pero realmente trascendente tampoco) lo que me generó la necesidad de volver a verla. Con la suerte de haberla reencontrado hace poco, en una muy digna edición en blu-ray.

Esta es una historia que transcurre en dos momentos. En 1999, cuando Benjamín Esposito (Ricardo Darin), funcionario judicial recientemente jubilado tras más de treinta años de servir en un Juzgado de Instrucción Criminal de Buenos Aires, decide escribir una novela a partir de un crimen que  a su tribunal le tocó investigar a principios de los ’70.

Se trata de la muerte de una joven de poco más de 25 años, al parecer recién casada, cuyo cuerpo es encontrado en su dormitorio. Toca a Esposito la dura tarea de informar al joven viudo, Ricardo Morales (Pablo Rago), un simple empleado bancario, acerca del hecho.

Las circunstancias del crimen y de su víctima hacen que Esposito no tarde en empatizar con el viudo, proponiéndose resolver el hecho, encontrar a su autor y llevarlo ante la justicia, cueste lo que cueste, aunque ello implique involucrar, más de la cuenta, a su compañero de labores y amigo Pablo Sandoval (Guillermo Francella) y a la joven y promisoria secretaria del tribunal, Irene Menendez-Hasting (Soledad Villamil).

La escritura de la novela llevará a Esposito a revivir viejas heridas, obsesiones que creía olvidadas y reencontrarse con algunos fantasmas de su pasado que creía enterrados…

La tentación por considerar el filme de Campanella (y a la vez, la novela de Sacheri, quien también fue funcionario judicial durante gran parte de su vida) como un relato crepuscular, de despedida, es fuerte. No es una hipótesis equivocada, pero tampoco es la manera exacta de verlo. El Secreto.. tiene algo de eso, pero también de novela policial, drama judicial, memorias, romance, comedia, algo de política –lo mínimo, en todo caso- y ciertas referencias claras al proceso de escribir y al oficio de narrar.

Pero por sobre todo, es una historia acerca de las obsesiones.

Desde varios frentes.

Desde el crimen que da pie a la investigación en la que nuestro protagonista se ve involucrado, que obedece claramente a una obsesión de su perpetrador, pasando por las obsesiones del viudo, por su mujer primero (¿amor? Mis polainas!) y por justicia después, hasta llegar al mismo Benjamín. Comprometido con el esclarecimiento del crimen, primero por ser parte de su trabajo, luego como un gesto solidario para con un individuo con quien ha establecido cierta conexión, y finalmente, y en estricto rigor, para tratar de llenar sus propios vacíos y sanar sus propias frustraciones que no lo dejaran en paz durante varios años.

La necesidad de Benjamín de retomar esta historia no es sino la necesidad de reencontrarse y hacer frente, de una buena vez y para siempre, eso que no lo ha dejado vivir su vida en paz.

Y eso ¿Cómo se llama?¿Obsesión?

Pasión, dice por ahí Sandoval (gran interpretación de un irreconocible Guillermo Francella). Puede ser. Se puede amar apasionadamente a alguien. O ser un apasionado por un equipo de futbol, o para cultivar tus aficiones. Pero las pasiones no necesariamente llevan al crimen, a la venganza, o a mantener ciertas espinas clavadas en el alma durante media vida.

El proceso de Esposito, al ponerse a escribir su relato, no es más que la válvula de escape por la cual hace frente a su obsesión, intenta superarla y así lograr la estabilidad necesaria para cerrar una etapa de su vida y comenzar una nueva.

Hacer las paces con el pasado, y consigo mismo, en el fondo.

El trabajo de Campanella cumple en todos y cada uno de los ámbitos en los que se desenvuelve: como drama policial/judicial funciona enormemente, planteando una interesante reflexión respecto de la relación crimen/castigo/justicia/venganza. Como historia de amor también logra un muy buen cometido, no obstante ser este un elemento secundario de la trama (aunque ni tan secundario, no olvidemos que este es el factor determinante para que Benjamín saque fuerzas para iniciar su proceso personal).

Impecablemente presentada gracias a un cuidado diseño de producción y dirección de arte, amparado por un elenco que funciona muy bien en lo individual y en lo colectivo como las piezas de un reloj suizo, El Secreto De Sus Ojos demuestra con hechos por qué obtuvo los reconocimientos que ostenta, y es un buen ejemplo para entender lo que ha dado al cine argentino el palmarés que, con justicia, ostenta.

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EL SECRETO DE SUS OJOS

Dirección: Juan José Campanella

Intérpretes: Ricardo Darin; Soledad Villamil; Pablo Rago; Guillermo Francella; Javier Godino; Carla Quevedo; Mario Alarcón; Mariano Argento.

Drama/Policial/Suspenso

2009

fretamalt@hotmail.com  @panchocinepata

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