subiendo bien alto la vara

Aunque se resiste a creer que es el Muad’Dib anunciado por una antigua profecía, Paul Atreides (Timothee Chalamet), Duque de Atreides, refugiado junto a su madre Lady Jessica (Rebeca Ferguson) en el planeta Arrakis, se ha convertido en un referente dentro de la comunidad Fremen que los ha acogido, y en un destacado combatiente contra las fuerzas de los Harkonnen, la casa gobernante de Caladan, que persigue el dominio total de este mundo, para sorpresa del Barón Vladimir (Stellan Skarsgard), usurpador del gobierno tras provocar la caída de los Atreides.

Al mismo tiempo, Paul sigue experimentando visiones y sueños que le aclaran su rol en este conflicto, sospechando de una conspiración muy superior a lo que se ha visto a esta hora, que tarde o temprano llevará a una inevitable guerra a gran escala…

Oppenheimer, con sus tres horas de una complejidad mayor a la del estreno promedio, hizo 700 millones de dólares. Pobres Criaturas, con todas sus excentricidades, hizo cien millones convirtiéndose en un inesperado éxito de taquilla. y Duna Parte 2, con sus 190 millones de costo, los recuperó en sus primeros días de exhibición y está cerrando su pasada por salas, bordeando los 700.

La gente no estaba aburrida de ir al cine. Estaba aburrida de ver siempre lo mismo y quería otro tipo de historias. O al menos, otra manera de contarlas.

Sucede que por mucho que la historia del conflicto por el control del planeta Arrakis, escrita por Frank Herbert durante los años ’60 haya sentado las bases de lo que conocemos como space opera y muchas historias posteriores hayan bebido de ella (si, también esa que transcurre en una lejana galaxia), Duna está muy lejos de seguir las fórmulas o estructuras que han definido audiovisualmente este subgénero, y su director Dennis Villeneuve, al igual que en el primer filme estrenado en 2021, opta por aquella forma de contar la historia que más le acomode a la historia, arriesgando perder espectadores en el proceso.

No me digan que no es así. Sé de gente que no le gustó la primera película y no ha querido apostar por ésta precisamente porque “dura como tres horas y en dos y media no pasa nada”. Suerte que es un sector minoritario.

Parte uno o dos o las que sean (sabemos que Villeneuve tiene en mente una trilogía, y es un hecho que habrá tercera parte), pensar que en Duna no pasa nada, es un error. Siempre está pasando algo, aunque sea en una mera conversación, o en una ensoñación que viva alguno de los personajes. Y si digo siempre, es porque todo suma para el desarrollo del relato y su debido entendimiento.

Ahora, si bien estructuralmente Villeneuve opta por salirse del estándar a la hora de contar la historia (recuerdo haber definido la primera parte como un “blockbuster sin serlo”, y aquí sucede lo mismo), Duna no deja de ser una épica en que van de la mano la lucha por el poder con la evolución del personaje llamado a ser el gran protagonista de esta epopeya (y no sólo Paul Atreides, hay un par de coprotagonistas por ahí que también crecen una enormidad en este segundo capítulo).

Villeneuve no desconoce lo anterior, y logra un muy buen balance entre la historia que está contando, en cómo lo está contando, los ritmos y tiempos empleados y en un apartado audiovisual impresionante, ajustado y respetuoso para con el cuento que se nos narra. No se lo devora, como pasa demasiado a nivel de superproducciones, sino que se pone a su servicio, lo que hace que esta secuela esté no sólo al nivel de su predecesora (y mucho más arriba que el promedio de las superproducciones actuales) sino que la supera en unos cuantos escalones.

Christopher Nolan no exageraba cuando decía que esta película era lo mejor que había visto en meses (viniendo del más reciente ganador del Oscar y de todo lo que pudo con Oppenheimer, son palabras que no hay que dejar al voleo), y si bien es muy luego para decir que estamos ante la mejor película del año, lo cierto es que se puso la insignia de candidata de inmediato.

Y si bien esta será de las últimas superproducciones que veremos por un rato (el año 2023 puso mucho más conservadores a los estudios en materia presupuestaria), lo cierto es que da gusto partir el año con una obra como ésta, por sobre la altura de sus expectativas.

Aunque igual es un riesgo que tengamos tan pronto un filme que ponga los estándares para evaluar lo que venga el resto del año tan alto. Para algunas películas de las que vienen, podría ser demasiada presión.

****1/3

DUNE PART TWO

Director: Dennis Villeneuve

Intérpretes: Timothee Chalamet; Zendaya; Rebecca Ferguson; Stellan Skarsgard; Austin Butler; Javier Bardem; Josh Brolin; Florence Pugh; Christopher Walken; Dave Bautista; Lea Seydoux; Charlotte Rampling

Ciencia ficción

2024

Francisco.retamaltorres@gmail.com  @panchocinepata (Ex twitter, Instagram)

mi aventura con Superman

Reconozco que estas líneas llegan una semana más tarde de lo que debían, ya que el Superman Day, el aniversario del debut de Superman en cómic, y el día en que más se piensa en el Hombre de Acero en el año, fue por entonces.

O eso es lo que nos quieren hacer creer. Si bien no es mi personaje favorito de la cultura pop, yo le tengo harto cariño al boy scout de rojo y azul, y harta gratitud (sin Superman, no hay superhéroes) así que no voy a limitarme a recordarlo sólo un día al año. además, luego de ver el muy buen debate registrado en el gran canal de Youtube de Javi Olivares, La Botella de Kandor (de verdad, visítenlo) tomé nota de los puntos que trataron y me dije “esto hay que hacerlo!”. Así que vamos.

1 Mis tres historias favoritas de Superman

-El Hombre de Acero (John Byrne, 1986):

El reinicio del mundo de Superman tras Crisis On Infinite Earths, y aunque el origen del Hombre de Acero ha sido reescrito más de una vez con posterioridad, esta historia plantea algunos conceptos fundamentales e inamovibles del entorno Supermaniano.

-All Stars (Grant Morrison escribe, Frank Quitely dibuja; 2004-2006)

Evitar que una misión espacial choque contra el sol tiene un alto costo para Superman: la alta radiación a la que se expuso ha reducido su esperanza de vida a un año. Con la muerte siguiéndolo tan de cerca, Superman decide poner en orden los grandes temas de su vida, apelando a su lado más humano. El que no se emociona con esta historia, es de piedra.

-Identidad Secreta (Kurt Busiek escribe, Stuart Immonen dibuja; 2004)

Tus padres se apellidan Kent,vives en Kansas, son fans de un personaje de ficción llamado Superman y no encontraron nada mejor que bautizarte Clark ¿Qué podría pasar? Simplemente vivir una vida extraordinaria, y una de las mejores historias de Superman de toda la vida.

2 Mi escena favorita de Superman

Clark Kent (Christopher Reeve) pasa por el departamento de Lois Lane (Margot Kidder) para llevarla a cenar, momentos después de que Superman haya dejado el lugar. Mientras Lois va por su cartera, Clark se quita los lentes, cambia su postura y su tono de voz y se prepara para revelarle que él es Superman, pero desiste de la idea cuando ella reaparece y retoma su caracterización. Sirva esta escena de Superman The Movie para responder la pregunta de que por qué nadie se ha dado cuenta que Clark y Superman son el mismo tipo.

3 Una Serie de Superman:

Superman and Lois (2021-2024)..o cómo compatibilizar el ser esposo, padre, agricultor y héroe. A poco de iniciar su temporada final, esta debe ser una de las mejores adaptaciones del personaje, y siento que no se le da todo el cariño que merece.

4 Una Película de Superman:

Superman The Movie (1978)..con todo lo que me gusta Man Of Steel (2013) y sintiendo que a Superman Returns (2006) se le castiga más de la cuenta, el primer filme protagonizado por Christopher Reeve fue para el cine de superhéroes lo que el debut del personaje en papel, en 1938, para el género: el que lo inició todo…¡y de qué manera!

5 Un Actor:

Christopher Reeve…me remito al punto anterior. Reconociendo que Henry Cavill lo hizo increíble, y que Tyler Hoechlin es el mejor Superman de la TV, pero…cuando le preguntas a cualquier persona en el mundo por Superman ¿a quien menciona? No más preguntas, su señoría.

6 Un traje:

El de Henry Cavill en Man Of Steel. No sé, me gusta no más.

7 Un villano:

Lex Luthor… cierto que fuera del cómic han usado y abusado de él, y no siempre se le interpreta como corresponde, pero dentro del relato ilustrado, este industrial que daría todo por un poco más, empujado por un ego herido al descubrir que en el mundo hay alguien más querido que él (y que viene desde fuera además) lo lleva a ser el némesis perfecto del hombre de acero.

8 El Mejor Secundario

Martha y Jonathan Kent, Ma’ y Pa’.

Esa agradable pareja de granjeros de Kansas que sin ninguna obligación criaron a este bebé que encontraron en una especie de cuna, al que acogieron como a un hijo propio. Sin ellos, Kal-El nunca habría aprendido a amar la vida ni el valor de la humanidad. Sin Pa’ ni Ma’, no hay Superman y punto.

9 Peor Momento de Superman

Esa etapa del Superman Rojo y Superman Azul que se dio a fines de los 90: a alguien le pareció buena idea dividir a Superman en dos seres eléctricos. La idea no se entendió y murió a los meses.

10 Coleccionable favorito

No colecciono mucho Superman, así que no tengo tanto de donde escoger…pero supongo que me quedo con mi Superman Henry Cavill que sin querer encontré en modo “ahora o nunca” en un local del Persa.

11 Qué espero de Superman para el futuro?

Que el Superman de James Gunn sea un éxito en todos los sentidos posibles, para que así recupere el primer plano que nunca debió dejar.

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felicidad por obligación

Madurar es volver a ver IntensaMente, darte cuenta que Tristeza tenía razón y que Alegría es una megalómana insoportable, una egocéntrica y una dictadora de la #%$&!

No es algo que se me haya ocurrido ahora, sino que lo vengo masticando casi desde la primera vez que vi esta película, hace casi una década, y en lo que he vuelto a pensar ahora que estamos a semanas de que llegue la secuela.

No es que la película me haya dejado de gustar. Sigo pensando que IntensaMente es una película extraordinaria, no sólo por lo entretenida y atractiva que es, sino por la forma didáctica como nos presenta el funcionamiento de la mente humana, especialmente en el campo de las emociones. Sólo que no me olvido que esta es una película de Pixar, estudio que tiene la sana costumbre de plantear ideas a las que darle más de una lectura.

La historia la conocemos (SPOILER ALERT):

Riley, es una niña de doce años cuya vida cambia radicalmente cuando su familia se muda de Minnesota, donde tiene su vida hecha a la perfección, a San Francisco, y las cosas no salen del todo como esperaba. Esto lo vemos en el cuartel central de su mente, donde bajo el mando de Alegría (supongo que por eso de que la antigüedad constituye grado, ya que fue la primera emoción que Riley experimentó al nacer), funcionan las cinco emociones principales que ha desarrollado la niña: Desagrado, Furia, Miedo y Tristeza, emoción que Alegría se ha encargado de relegar a un segundo, tercer o incluso cuarto plano, para asegurarse que Riley siga siendo una niña optimista.

La mudanza y adaptación de Riley a su nueva ciudad no ha sido todo lo fácil que se esperaba y Tristeza siente que tiene que hacer algo al respecto, cosa que Alegría intenta impedir, haciendo que ambas terminen fuera del comando central y causando una serie de desequilibrios en la vida de la niña.

Todo se resuelve cuando Alegría asume que no todo se trata de ella, que la vida se compone de matices y entiende el aporte de Tristeza al desarrollo de la niña. Cuando Alegría deja que Tristeza intervenga en el proceso, haciendo que Riley recupera su equilibrio personal y pueda ver su nueva vida con perspectiva.

Aclaremos algo: todos buscamos ser felices en la vida, es parte de la naturaleza humana, para eso está el hombre en el mundo. Pero eso no debe ser a costa de su propia estabilidad, que es lo que pasa tanto con Alegría como con Riley:  mientras la emoción no puede..o más bien no quiere..asumir  que otros también pueden poner de su parte, la niña está cada vez más cerca de cometer una barbaridad, hasta que, producto de las circunstancias, Alegría cede, deja su egoísmo a un lado y permite a Tristeza ponga de su parte, reestableciendo el buen orden de las cosas y el equilibrio entre las emociones.

Todos queremos la felicidad, pero esta no debe ser forzada. Al obligarnos a nosotros mismos a mostrarnos alegres, aunque por dentro estemos destrozados, sólo nos dañamos más.

¿De qué nos sirve andar con una sonrisa de oreja a oreja, si internamente sólo queremos incendiar todo? Sólo para incendiarnos a nosotros mismos.

Sin desmerecer las buenas intenciones de Alegría, ni lo bien que ha hecho las cosas hasta ahora, sólo cuando deja que Tristeza haga lo suyo, es que Riley se libera de lo que pesa en su consciencia, y puede empezar a ver con claridad.

Tomemos a otros personajes de la cultura pop que se obligan a sí mismos a pasar por felices ante los demás: Mr. Peanutbutter, en Bojack Horseman, o Ned Flanders en Los Simpson. Para todos los demás, andan con una sonrisa permanente, pero llega un momento en que ya no pueden soportarlo más y colapsan. Acuérdense de Huracán Neddy y lo que sucede cuando Flanders deja escapar la rabia que ha reprimido por décadas. (También podemos ver una alusión al tema en La Depresión de Lisa, de la primera temporada).

Si, amigos, el fin último del hombre es la felicidad y ser optimista está bien, pero no olvidemos que ni estamos en un mundo perfecto, ni recorremos un camino fácil, sino uno lleno de obstáculos.

La vida, al fin y al cabo, no se compone de absolutos, sino de matices. Por eso tenemos sólo un blanco, sólo un negro y sí toda una amplia escala de grises. Y por lo mismo, de vez en cuando tenemos esa rabia, esa pena, ese dolor que nos invade, que tenemos que dejar salir si queremos que las cruces que a todos nos toca cargar nos pesen menos.

Ni ser feliz es obligatorio, ni estar enojado es delito, ni estar triste es pecado. Es simplemente ser humano.

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cásese, si puede

La cosa es así: estamos en 1994, y la Academia sólo tiene cinco cupos para la categoría de Mejor Película, por lo que sus criterios para armar esta quina eran mucho más estrictos que ahora. En ese escenario, y para sorpresa de medio mundo, se logra colar un filme no estadounidense, sino británico, y además, una comedia romántica.

¿Cómo se llegó a esta situación? Muy fácilmente, eres una película llamada Cuatro Bodas y Un Funeral, y sin querer, te conviertes en el buque insignia de un subgénero en el que el cine británico se convertiría en escuela con el correr de los años.

No es para extrañarse. Los ingleses tienen una relación con la comedia de larga data. Clásicos como Shakespeare u Oscar Wilde tuvieron algunas incursiones en el tema, y no vamos a preguntarnos a esta altura quienes son Charles Chaplin, Monty Python, Benny Hill, Stephen Fry, Rowan Atkinson o Ricky Gervais. Pero a nivel cinematográfico, recién con el estreno de esta excelente comedia vino a hacer ruido.

Para que tuviésemos cosas como The Full Monty, Notting Hill, Bridget Jones, Love Actually, las adaptaciones de Jane Austen y hasta Harry Potter,  primero hubo que pasar por aquí y entender que los ingleses tienen sentido del humor, y uno muy particular.

Esta es la historia de Charles (Hugh Grant) un simpático joven londinense que junto a un muy surrealista grupo de amigos, acostumbran a ir a las bodas de sus conocidos comunes, en las que al menos uno de ellos sufre algún tipo de chasco…desde llegar tarde, arruinar las fotos, quedar en la misma mesa que gente que te cae mal o a la que le caes peor, u olvidar los anillos de los novios.

En una de aquellas bodas (la primera de las cuatro a que alude el título del filme) Charles conoce a Carrie (Andie McDowell) una atractiva invitada estadounidense que lo conquista de inmediato, al punto de pasar la noche juntos, sin volverse a ver…hasta una siguiente boda.

Ciertamente es la accidentada relación entre Charles y Carrie la columna vertebral de la historia, a la que se acopla el surtido de chistes, anécdotas y situaciones bochornosas que se viven en las distintas bodas, varias de ellas son de las que a todos los que hemos estado en matrimonios, cualquiera sea la ciudad en que el evento suceda o las reglas de trato social, legal o religioso por el que se rijan.

Pero, ojo, no se trata de un festival de anécdotas acompañando a la pareja principal. El trabajo de un Mike Newell que se ha puesto algo irregular los últimos años, pero que por entonces andaba prendidísimo, no descuida a los personajes secundarios (el notable grupo de amigos de Charles) y sus historias personales, y es a partir de estas subtramas que se nos deslizan algunas cuantas reflexiones bastante interesantes acerca de las relaciones y afectos personales, la madurez y las etapas que hay que ir pasando en la vida…y en cómo pasarlas.

Y lo mejor es que no lo hace con esa urgencia por dejar una moraleja que vemos en la gran mayoría de comedias gringas. Nada que ver, en Cuatro Bodas…está ahí, para el que lo quiera tomar o dejar.

Estrenada en abril de 1994, así que por estos días está cumpliendo sus tres décadas (echo de menos ver alguna edición conmemorativa, pero en fin), Cuatro Bodas llegaría por acá durante el tercer trimestre y fue una de las sorpresas en taquilla de ese período, en un medio acostumbrado a mandar al cine no hollywoodense al circuito alternativo (emulando, en cierto modo, lo ocurrido con Antes del Amanecer, otro filme clave de ese año) y aprovechando el vuelo que el auge del brit pop estaba dando a la influencia de la cultura british alrededor del mundo.

Cierto, no tuvo oportunidad con Forrest Gump (y Pulp Fiction, Quiz Show y Sueños de Libertad eran competencia dura), pero dejó claro que no era ni por si acaso un mero título agregado para completar la lista, sino que era apenas la punta de un fenómeno que se venía imparable.

****

FOUR WEDDINGS AND A FUNERAL

Director: Mike Newell

Intérpretes: Hugh Grant; Andie McDowell; Kristin Scott Thomas; John Hannah; Simon Callow; Charlotte Coleman; David Bower; James Fleet; Rowan Atkinson

Comedia romántica

1994

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el patrón del bar

Elwood Dalton (Jake Gyllenhaal) otrora una reconocida estrella dentro de las artes marciales mixtas, busca una vida tranquila, lejos de la violencia, por lo que acepta un trabajo como encargado de seguridad en un bar de Los Cayos, Florida.

Un trabajo aparentemente rutinario, consistente en corretear borrachos, pendencieros y clientes a punto de sobrepasarse, pero no tardará en darse cuenta que su trabajo exigirá algo más que darle una buena sacudida a unos cuantos.

No pensaba escribir de Road House, pero hay por ahí unos cuantos detractores a los que se les ha pasado un poco la mano. Entiendo que les pueda gustar más la original, de 1989, con el recordado Patrick Swayze en el rol principal (el factor emotivo es demasiado potente aquí), pero tampoco es para prender las antorchas que he visto portando a algunos.

Lo digo, porque yo al menos me divertí bastante con esta versión de 2024, partiendo de la base que es un filme de aquellos que se puede ver en que no te apetece otra cosa que ver algo de acción, con chistes, combos, un malo bien malo y un bueno no tan bueno, pero dispuesto a hacer lo que hay que hacer cuando se necesita que alguien haga lo correcto.

Esta versión no viene a revolucionar nada, sólo a hacer pasar un rato entretenido, y lo logra, nada más y nada menos. Si quisiera ver historias realmente trascendentes de gente buena para los combos buscando redención, me sentaría a ver Toro Salvaje, o cualquiera de la Rocky, y no esto (aunque tiene algo de ese espíritu), pues eso que me dan aquellos clásicos, no me lo da este filme de Amazon. Tampoco se lo estaba pidiendo.

Y aunque sé que esto me hará impopular, algo que a estas alturas ya me pasa por el lado, pero la de 1989, más allá de la buena que le teníamos a Swayze, que por entonces pasaba un muy buen momento en su carrera (venía de Dirty Dancing, iba para Ghost y poquito más allá estaba Punto de Quiebre), también era lo mismo: película de fin de semana para disfrutar un rato, a costa de las narices y huesos de los chicos malos de turno.

Si quieren enojarse con alguien, tomen a los que hicieron esa infumable secuela (del tipo “hagámosla o perdemos los derechos) que hicieron a mediados de la década del 2000. Como he dicho en otras reseñas, este filme no tiene la culpa y yo sólo estoy llamando a ver las cosas con perspectiva.

Esta película debe gran parte de su funcionamiento a un Jake Gyllenhaal que no tiene complejo alguno en pasar de obras mayores (Zodiac, Prisoners, Enemy, Source Code, Brokeback Mountain, Jarhead) a uno que es un festín para los fanáticos de resolver las cosas a mangazo limpio. Gyllenhaal no sólo tiene un amplio registro actoral como para ejecutar una interpretación como ésta, sin perder la dignidad, sino también la disposición a divertirse haciendo cosas como ésta.

No se tome este texto como una apología a las malas películas. En primera, porque como he dicho antes Road House modelo ’24 está lejos de serlo. En segunda, porque de vez en cuando viene bien no pedirle a algunas cosas más allá de lo que pueden dar, y en el caso de este remake, cumple lo que ofrece.

(Y si alguien en este mundo aún es capaz de ser indiferente a Daniela Melchior, dése con un ladrillo en la cabeza)

***

ROAD HOUSE

Director: Doug Liman

Intérpretes: Jake Gyllenhaal; Daniela Melchior; Billy Magnussen; Connor MacGregor; Jessica Williams; Joaquim De Almeida; Post Malone

Comedia/Acción

2024

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lo que esperas de lo que no pediste

Tras sufrir un accidente laboral, la auxiliar paramédico Cassandra ‘Cassie’ Webb (Dakota Johnson) comienza a tener visiones de hechos que sucederán en un futuro cercano, sin que pueda explicar científicamente este fenómeno.

Mientras busca alguna respuesta entre los apuntes de su madre, investigadora fallecida durante una fallida expedición al Amazonas, percibe que la vidas de tres adolescentes, que no se conocen entre sí ni conoce ella, están en peligro…

No creo que sea casualidad que Madame Web¸ primer filme del año perteneciente al SpiderVerso sin Spiderman que Sony lleva tratando de armar desde hace un tiempo, transcurra precisamente en 2003, ese lejano año en que el cine de superhéroes no tenía los parámetros que tiene ahora (ni existían las redes sociales ni el pseudocrítico/fan tóxico surgido al alero de las mismas). En ese año, una película como ésta hasta podría pasar por…pasable.

Era un año en que el espíritu del cine de superhéroes no se basaba en otra cosa que en hacer películas para no perder las licencias. De repente, si el azar hacía de las suyas, salía algo bueno (por cada X Men 2000 o Spiderman de Sam Raimi venía una Catwoman, una Elektra, en fin). En 21 años, lo cierto es que los estándares han cambiado y un filme como éste, no puede sino considerarse flojo, predecible, innecesario (excepto para Sony, estudio empeñado en insistir en ese gallito sin sentido que cree mantener con Marvel Studios por los derechos del universo arácnido).

Se nota el poco cariño puesto al hacer este filme, y demasiado. Tomas un personaje recurrente en los cómics del Trepamuros (personaje interesante, pero no tanto como para darle un filme entero de protagonista) añade un trío de protagonistas que supuestamente serán grandes heroínas en el futuro, pero entre que se nota que su añadido es sólo para captar al espectador libidinoso (las cosas como son: Sidney Sweeney es la sex symbol de la generación tiktok), y que como personajes resultan ser un grupo de mocosas irritantes que más que dejar a la protagonista de mentora resulta ser no más que su niñera. Ello ciérralo con un villano imposiblemente más genérico.

La mezcla nunca termina por cuajar.

Con todo lo que esta película tiene en contra, es una de esas películas que por muy mala que sea de vocación, no es de esas que te dejan con rabia de que sean tan malas. Eso es para aquellas que teniendo todo para ser buenas películas, terminan siendo la porquería que fueron (si, Wonder Woman 84, hablo de ti). Con Madame Web no sucede, simplemente porque es un filme que no pedimos, ni necesitábamos ni, en consecuencia, tampoco esperábamos mucho..

No es culpa de Madame Web que la hayan hecho con tan poca voluntad, así que enfoquemos bien el odio. Por demás, más allá de la hora y cincuenta que nos hizo perder, tampoco es que hayamos sufrido un daño irreparable.

 **

MADAME WEB

Director: S.J. Clarkson

Intérpretes: Dakota Johnson; Sydney Sweeney; Isabela Merced; Celeste O’Connor; Tahar Rahim; Adam Scott

Superhéroes

2024

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la voz que no quiso serlo

Estoy seguro que lo último a lo que aspiraba Kurt Cobain era convertirse en la voz, el rostro y el icono de una generación. El sólo había tomado su guitarra para tocar lo que le salía de adentro, para sacarse toda la rabia, el dolor, la frustración acumulada, desahogarse en el fondo de las vicisitudes de una vida dañada.

Pero lo fue: como guitarra, voz y compositor principal de Nirvana se convirtió en el rostro de una generación que lo necesitaba, al mismo tiempo que se alzaba como en la banda insignia de un estilo de hacer música que, en los apenas cinco años que alcanzó a vivir la banda, discográficamente hablando (empezó con Bleach, en 1989 y terminó con In Utero, en 1993), cambió la escena rockera en 180 grados.

Fueras o no fan de la banda o del propio Cobain, fue un referente fundamental para una generación completa.

Lo fue aunque no quiso serlo, pues…¿cómo puedes ser la voz que tu generación quería, cuando apenas podías sacarla por ti mismo?

Demasiadas veces escuchamos All Apollogies por esos días, llegando a cansar incluso a los que éramos fans de Nirvana, siendo quizás una señal que no supimos entender, pero con el correr de los años sí lo hicimos…aunque ya era tarde.

Fue demasiada presión en muy pocos años de vida, y aún menos tiempo como figura pública e ícono pop. Lo hubiésemos entendido así, quizás lo habríamos perdonado.

O le habríamos pedido perdón. O simplemente, le hubiésemos dicho que nadie tenía que pedirle perdón ni perdonar a nadie.

Por el contrarIo, Kurt Cobain lo pagó, y caro, un día como hoy hace 30 años.

Un día en que muchos llevábamos nuestras vidas como si nada (yo terminaba mis primeras dos semanas de clases de primer año de universidad…manerita de empezar), hasta que lo escuchamos en la radio, o lo vimos por televisión. Y a muchos, cual más cual menos, algo se nos rompió. Y es que Cobain siempre estuvo cerca, demasiado como para quedar indiferente.

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embargar es humano

Sé que puede parecer banal, e incluso patético, sentir algo así, pero por un momento me sentí ser dueño de un tesoro.

Sucede que corrió el rumor de que el director Kevin Smith, con motivo de los 25 años de su controversial comedia sobre religión Dogma, celebraría el acontecimiento con el lanzamiento de una remasterización y reedición tipo Director’s Cut de la cinta. Eso llevó a muchos a recordar que durante más de una década, esta cinta no está disponible en ningún formato, ni físico, ni digital, ni virtual…ni nada. No existe no más.

Miré hacia la biblioteca, miré mi copia en blu-ray de Dogma, saqué unos cálculos (llegó a mis manos en 2010, cuando el formato recién empezaba a agarrar vuelo como estándar, por lo que concluí que debió ser la única edición que alcanzó a lanzarse del filme) y me sentí millonario.

¿Cómo es que una película llega a convertirse de filme de culto en una suerte de Santo Grial? Censura, dirán, y no estamos tan lejos (al fin y al cabo, es una sátira sobre cómo funciona la religión), pero hasta por ahí no más.

Todo comienza cuando un sacerdote de New Jersey (el gran George Carlin) crea una nueva teología que busca facilitar la conversión al cristianismo y, con eso, el acceso al perdón divino. De eso se pretenden aprovechar dos ángeles expulsados del Paraíso, Loki (Matt Damon) y Bartebly (Ben Affleck) para burlar su castigo y volver al cielo.

Sabiendo que el regreso de estos ángeles caídos podría significar el fin de la creación como la conocemos, Metatrón (Alan Rickman), un enviado de Dios, busca a Bethany (Linda Fiorentino), una mujer de Illinois, recientemente divorciada luego de ser diagnosticada como estéril, que se encuentra viviendo una severa crisis personal. Bethany ha sido elegida por Dios para impedir a estos ángeles cumplir su plan, para lo cual contará con la ayuda de algunos excéntricos personajes…

No voy a negar que los últimos años no he tenido muy buena relación con Smith y su obra: acaso uno de los grandes consumidores y referenciadores de cultura pop dentro de la industria, pasé de tenerle una gran admiración a principios de los 2000, a desdén por ver cómo sigue insistiendo en las mismas temáticas que hace 20 años, siendo plenamente capaz de hacer otras cosas. Tampoco voy a negar que en la segunda mitad de los ‘90, vivía uno de sus mejores momentos de su carrera.

Con Chasing Amy (1996) demostraba ser capaz de contar algo más que chistes post adolescentes con referencias pop, sino que además podía esbozar profundas reflexiones sobre las relaciones humanas. Y con la libertad que le daba el reconocimiento obtenido con esa cinta, llegamos a 1999, año en que Smith, de familia católica, nos presentaba esta notable comedia acerca de lo humano y lo divino, en el que el humor de baño de liceo de hombres convive y se complementa muy bien con bromas que requieren un acervo cultural más elevado.

Pero eso aún no nos lleva a la parte en que tenemos que hacer como que Dogma no existe.

Veamos: Dogma es un filme que se pasa por buena parte algunas cosas sobre el cristianismo, que a ciertos grupos conservadores les molestó un poco, y comenzaron a hacer presión para boicotear la película, desde campañas por televisión, cartas al director hasta protestas afuera de los cines que exhibían la película (Smith y su socio de siempre Scott Mosier se unieron a varias de ellas, sin que nadie los reconociera).

Buscando hacer control de daños, como por ejemplo que Disney, distribuidor de la película a través de Touchstone Pictures retirase Dogma del mercado, cierto ejecutivo al que sólo llamaremos HW, entonces presidente de Miramax Films (a su vez propietaria de Dimension, productora de Dogma) compró la película, asumiendo su distribución.

Todo bien, hasta que HW cayó en la cárcel por su mal hábito de cobrar favores de una forma cuestionable, y sus bienes fueron embargados…Dogma entre ellos. Y por eso es que la cinta ya no puede circular.

Volviendo al principio, ¿cómo podría Smith recuperar Dogma? La opción más práctica sería replicar lo que hizo Taylor Swift con su discografía al grabarla de nuevo, fuera del imperio de las discográficas. Y como obviamente no puede filmar la película de nuevo, la realización de un Director’s Cut suena tentadora.

Son rumores, es cierto, pero soñar es gratis. Dogma es una comedia que merece otra oportunidad en la vida. Y si no…bueno, será un tesoro bonito para dejarle a los nietos.

KEVIN SMITH’S DOGMA

Director: Kevin Smith

Intérpretes: Linda Fiorentino; Alan Rickman; Matt Damon; Ben Affleck; Salma Hayek; Jason Lee; Chris Rock; Jason Mewes; George Carlin; Alanis Morrissette

Comedia

1999

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quedando en deuda

Jamie (Margaret Qualley) acaba de romper con su novia, y Marian (Geraldine Viswanathan) ya no da más con el estrés, por lo que deciden de un día para otro, viajar de Nueva York a Florida.

Para hacer el viaje, deciden arrendar un auto, sin saber que en su portamaletas se encuentra un maletín buscado por un peligroso criminal, que de inmediato parten en su persecución…

Okey, si Dos Chicas A La Fuga fuese una película de un debutante o de un director de segundo orden, diría que está bien, que es una sorpresa, un muy buen comienzo, en fin. Pero cuando leo que es la primera película de Ethan Coen en solitario, tras dejar de colaborar con su hermano Joel, es decir, una de las mentes detrás de Fargo, de Big Lebowski, de No Country For Old Men, pues…a ver cómo lo puedo explicar.

Porque no es que me parezca una mala película. De hecho, esta comedia con toques de road movie, temática queer y un claro homenaje de Coen a Russ Meyer, uno de los próceres del cine B y de Xplotation, está bastante entretenida y los menos de 90 minutos que dura (volvamos a las películas cortas, por favor) ni se sienten. Además, que los elementos propios del “Coenverso” se dejan ver: personajes perdedores tomando decisiones impulsivas o equivocadas que los terminan involucrando en problemas que no necesitan con gente que nadie debería conocer y de los que nadie sabe cómo consiguen sortearlos, más un par de secundarios que sólo Dios sabe por qué están ahí.

Mi problema es que aún con todo eso, me sigue pareciendo una comedia genérica. Por mucho que toque todos estos temas, no deja de parecerme un filme estándar. No malo, pero si básico, prescindible. De ahí lo que decía al principio, que este sería un buen filme “a lo Coen” de otro director buscando replicar u homenajear esa forma de hacer cine,. y a ratos lo logra, cosa que juega a su favor, ya que pone la historia de sus protagonistas un escalón más arriba de la comedia “de chicas” que, como viene pasando con la gran mayoría de la comedia hollywoodense promedio, también ha caído en el chiste de mal gusto, lo que convierte a Dos Chicas…en un islote en un océano de malas ideas o ideas mal llevadas (aunque sin llegar al pináculo del subgénero, ocupado por Booksmart).

Eso en la forma con el plus del buen desempeño de la pareja principal ) pero no tanto en el fondo y eso que está en el alma del cine bajo la rúbrica de este apellido, aquí no se percibe, cosa que hace que un filme que no funciona mal, inevitablemente se sienta que el director queda en deuda con su propia filmografía.

**1/2

DRIVE AWAY DOLLS

Director: Ethan Coen

Intérpretes: Margaret Qualley; Geraldine Viswanathan; Beanie Feldstein; Colman Domingo; Matt Damon; Pedro Pascal

Comedia

2024

Francisco.retamaltorres@gmail.com  @panchocinepata (Ex Twitter, Instagram)

mi candidato

Si, es noticia vieja,pero no había tenido tiempo de comentarla, pero hay que hacerlo: Jake Gyllenhaal podría ser el próximo Batman..es decir, el Batman del nuevo universo DC encabezado por James Gunn. Ese que corre en paralelo al de Robert Pattinson.

No piensa ser oficial todavía. Gyllenhaal es una de las tantas cartas que se barajan para el rol, donde el actor Alan Ritchson (Reacher) era hasta ahora el que corría con ventaja. Sin embargo, bastó que Jake, en una reciente entrevista, dijera que le gustaría adjudicarse el papel.

No es primera vez que Gyllenhaal ha rondado el universo del murciélago. De hecho, pudo ser el Batman de Christopher Nolan, pero Christian Bale se impuso (o interpuso). Y su opción siempre ha estado en consideración en las posteriores versiones del personaje.

¿Qué me parece? Pues…

CONTRATENLO DE UNA VEZ POR TODAS !!

¿Responde eso su pregunta? Bueno, desarrollemos un poco.

Primero, Gyllenhaal es un tremendo actor, algo que se puede apreciar en películas como Brokeback Mountain, Primicia Mortal, Prisoners, Enemy, Life, Source Code, y, mi favorita en lo personal, Zodiac, en la que precisamente interpreta a un individuo obsesionado con la resolución de un crimen.

Segundo, la edad: 43 años al día de hoy. Si el plan de James Gunn es llevar al cine a la Batfamily, con un Dick Grayson veinteañero como “hijo mayor” y un Damian Wayne de poco más de diez como “hijo menor”, un Bruce Wayne en sus cuarenta, cuadra perfectamente.

Tercero: si bien Gyllenhaal es un actor de físico trabajado, no es una máquina de sacar músculos. Ningún “Batman” anterior lo ha sido, y no necesita serlo (por lo mismo es que Ritchson no me termina de convencer, es demasiada proteína sólo para un Batman).

Es mi candidato. Si, puede que tal vez no sea el elegido finalmente, o incluso que tampoco lo sea el gran favorito. Pero si finalmente don Jaime Pistolas opta por el bueno de Jake…ya tendrá mucho a su favor.

Francisco.retamaltorres@gmail.com  @panchocinepata (Ex Twitter, Instagram)

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